La privacidad en la Web se está convirtiendo en un bien cada vez más preciado, y aunque existen diferentes iniciativas que intentan recuperarla, otros proyectos apuestan a una visión un poco más radical. La primera vez que hablamos sobre PirateBox fue en enero de 2011, pero su objetivo se mantiene intacto: Crear redes de intercambio personales y privadas, que permitan comunicarse y compartir archivos sin perder privacidad.
Entras a un establecimiento, colocas esta curiosa caja sobre la mesa, y un nuevo nodo aparece entre las redes inalámbricas. El nodo funciona como punto de acceso y servidor de archivos, sin credenciales especiales ni logs. Sin preguntas. El nombre oficial de la caja es PirateBox, y la primera vez que oímos hablar de ella fue a comienzos de 2011. La idea de compartir archivos por fuera de la Web sin ceder nuestra identidad o correr con pendrives en el bolsillo de aquí para allá es muy tentadora. La versión original de PirateBox requería una combinación de hardware con un costo de hasta cien dólares, e incluso un poco más. En apenas un año, la inversión bajó a la mitad. Hoy, cualquier persona interesada en construir una PirateBox probablemente gaste menos de 40 dólares, y también hay una opción para utilizar como base al Raspberry Pi. Finalmente, PirateBox alcanzó la versión 1.0, y su comunidad es mucho más grande lo que aparenta.
De hecho, el creador original de PirateBox, el profesor David Darts de la Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano, explica que de no ser por el interés de la comunidad, PirateBox probablemente no hubiese ido más allá de la prueba de concepto. Tanto el foro oficial como su casilla de correo rápidamente se llenaron con solicitudes de soporte para routers secundarios, y después de algunos meses, PirateBox ganó funciones específicas como una sala de chat, y una interfaz mucho más elaborada. El objetivo número uno de la caja es proteger la privacidad y la seguridad de los usuarios, pero como suele suceder con esta clase de proyectos, rápidamente surgen aplicaciones alternativas. Darts explica que PirateBox ha sido utilizado por bandas de música para distribuir contenido en festivales, y por profesores que reparten material entre sus estudiantes bajo un entorno de configuración cero.
En cuanto al número de cajas PirateBox en circulación, ni siquiera Darts se atreve a realizar un cálculo preciso. El propio software que hace a la PirateBox puede ser compartido en esta plataforma sin restricción alguna, y con sólo este detalle se vuelve imposible determinar la cantidad de unidades. La versión 1.0 hace un especial énfasis en su soporte para dispositivos móviles, de modo tal que los usuarios de smartphones y tablets no deben batallar con sus pantallas más pequeñas para acceder al contenido. El “efecto Snowden” y el “spygate” han sido dos estímulos muy importantes para la evolución de PirateBox, y con la ayuda de los desarrolladores, su instalación fue reducida a diez simples pasos. Entre los planes a futuro aparecen la creación de “redes PirateBox” con cajas conectándose entre sí, y la posibilidad (opcional, por supuesto) de que una PirateBox se conecte a la Web. ¿Tienes un router compatible o un Raspberry Pi? Entonces, ¿qué estás esperando?