Lisandro Pardo
“Estoy estresado”. En ciertos casos eso puede sonar a excusa, sin embargo, el estrés es algo muy real, y causa un gran impacto en aquellos que lo sufren de verdad. Se habla mucho de “administrar” el estrés, pero alcanzar un estado de relajación también es una cuestión de conducta. Para ayudar a desarrollarla, la gente de Galvanic creó a PIP, un biosensor que “entrena” al usuario en el arte de la relajación, utilizando videojuegos.
Sería difícil tratar de contar la cantidad de juguetes antiestrés que he estrangulado (y eventualmente despedazado) con mis manos. Admito que existe cierto “alivio” asociado al proceso de presionar a una bola con un “Smiley” hasta deformarla por completo, pero hay que reconocer el hecho de que si uno llega a ese punto ya se encuentra estresado, cuando la idea es evitarlo. En ese caso, ¿cómo nos relajamos? ¿Dónde está clave para nuestra tranquilidad? ¿Amigos? ¿Familia? ¿Un libro? ¿Dormir? ¿Viajar? ¿Es algo más simple, o más complejo? En ocasiones aisladas he escuchado la expresión “aprender a relajarse”. ¿Cuánta verdad hay detrás de eso? La empresa Galvanic, estacionada en Irlanda, está ofreciendo un método para averiguarlo, llamado PIP. El accesorio tiene el tamaño de un llavero, pero su función va mucho más allá.
Desde un punto de vista técnico, el PIP se conecta vía Bluetooth a dispositivos compatibles basados en iOS y/o Android, sobre los que se ejecutan diferentes juegos. El usuario coloca al PIP entre sus dedos, transmitiendo así la llamada “respuesta galvánica” de la piel. El ejemplo que dan los desarrolladores de PIP es que en un juego de carreras, para ir más rápido no debes concentrarte, sino relajarte. Con el “feedback” visual que entrega cada videojuego, el usuario puede comparar los resultados con su estado actual, y con cada nueva partida debería ser más sencillo relajarse. Una de las aplicaciones compatibles con PIP (sobre un total de tres) es el “detector de mentiras”, que registra niveles elevados de estrés si uno miente al responder una pregunta, o si se siente incómodo al hacerlo.
Quedan menos de 24 horas en su campaña de Kickstarter, y el PIP está a un paso de obtener los 100 mil dólares que necesita para avanzar a su siguiente fase de desarrollo. En estos momentos, la forma más económica de acceder a un PIP es colaborando con un pago de 99 dólares, más otros 20 en caso de que deba ser enviado fuera de los Estados Unidos, y por diez dólares más se obtiene un PIP junto a los tres juegos. Creo que la idea de relajarse para ganar es contradictoria, pero si realmente ayuda a reducir el estrés, bienvenido sea.
