Lisandro Pardo
Nadie tiene dudas de que el simulador espacial-comercial definitivo es el Elite hecho por Ian Bell y David Braben en 1984. A partir de su mecánica se crearon secuelas, clones, y sagas enteras que trataron (con mayor o menor éxito) de reproducir su esencia, y así es como llegamos a Pioneer, una especie de remake gratuita y open source de lo que fue Frontier: Elite II, la cual mantiene varios aspectos del original, pero logra mejorar muchos otros, como los gráficos y las naves.
Historia larga hecha corta: La primera vez que entré en contacto con Elite lo jugué tanto que me dio problemas en la escuela secundaria. Cuando apareció Frontier: Elite II, recorrí media ciudad con una tibia fisurada sólo para obtener su manual. El Privateer fue una verdadera obsesión. Acumulé más de 120 horas de juego «la última vez» que toqué al Freelancer, y aún no he comprado Elite: Dangerous porque mi próximo artículo probablemente sería dentro de siete u ocho semanas. Así son las cosas. Tengo una debilidad muy grande por el combate y comercio espacial. Creo que los juegos «open-ended» modernos le deben mucho al género, y de más está decirlo, si el Star Citizen cumple con el diez por ciento de lo que promete, pueden ir escribiendo mi obituario. Uno trata de mantenerse alejado de juegos así por cuestiones de productividad y responsabilidad… pero Pioneer destruyó mis planes.
Estoy convencido de que puedo reconocer a un clon del Frontier: Elite II cuando lo veo, y al principio Pioneer no hizo ningún esfuerzo en ocultarlo. Sin embargo, «clonar» no significa necesariamente «dejar intacto» en estos días. Pioneer es un proyecto con varios años sobre sus hombros, y aunque no es ninguna maravilla en lo visual, se encuentra muy por arriba del Frontier original. La historia es que… bueno, no hay historia. Eres uno de tantos pilotos en la galaxia tratando de ganarse la vida moviendo bienes de un sistema solar a otro, y por supuesto, hacerlo mientras sigues entero. No importa si se trata de un grupo de piratas, la policía que te atrapó en pleno contrabando, o la brutalidad de Sir Isaac Newton, hay algo que quiere verte en una significativa cantidad de pedazos.
En resumen: Pioneer tiene muchos bordes filosos, los avatares de las personas con las que te comunicas rozan lo cómico, y la curva de aprendizaje carece de piedad (en especial con la mecánica newtoniana), pero si buscas algo diferente para jugar, aquí está la respuesta. Sus alternativas directas son la saga X, o todas las versiones modificadas de Frontier y First Encounters (el cual tiene una trama oculta) que hay allá afuera. No importa lo que escojas, hay material para rato.
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