Se calcula que los primeros casos de domesticación de perros sucedieron hace 15.000 años (en promedio), pero su divergencia genética con los lobos sería aún más antigua. Lamentablemente, no conocemos con exactitud el origen de los perros, y un reciente descubrimiento cerca de Yakutsk en Siberia podría ayudar mucho a los expertos. Se trata de un cachorro perfectamente preservado, cuyo ADN no termina de encajar en los perfiles clásicos del perro o el lobo…
El derretimiento del permafrost es una señal muy preocupante en lo que se refiere al cambio climático y el aumento global de las temperaturas, pero más allá de su gravedad, también abre nuevas posibilidades para los científicos. Nos referimos a animales preservados a la perfección, cortesía del frío ya-no-tan-perpetuo. En el pasado hemos hablado sobre un mamut, y un musgo que pasó 1.500 años congelado, pero hoy tenemos algo diferente: Un cachorrito, proveniente del hielo siberiano.
La pregunta es: ¿Cachorrito de qué? Ahí está el problema: Los expertos no lo saben con seguridad. El estado de preservación del ejemplar es extraordinario, a un extremo tal que todavía tiene todos sus dientes intactos. De acuerdo con la datación por radiocarbono (hecha sobre una de sus costillas) el animal falleció hace 18.000 años. Otros detalles sugieren que no había superado los dos meses de edad al morir.
Un equipo de investigadores del Centro de Paleogenética (proyecto de la Universidad de Estocolmo y el Museo Sueco de Historia Natural) logró extraer una muestra de ADN, y a través de un análisis confirmar que se trata de un macho, hoy bautizado «Dogor»… «amigo» en yakuto. Sin embargo, no lograron determinar si se trata de un perro o un lobo.
David Stanton, uno de los investigadores que forma parte del equipo, admite que ya cuentan con una importante cantidad de datos, pero aún así no pueden establecer hacia qué lado de la balanza se inclina, algo «relativamente fácil» en casos normales. Eso instala una posibilidad remota: Que el cachorro sea en realidad un ancestro de perros «y» lobos.
Por otro lado, podría representar una especie de punto intermedio entre ambos. Ahora, si llegara a tratarse de un perro, sería el más antiguo jamás descubierto. El récord actual pertenece al perro Bonn-Oberkassel, descubierto en una cantera de basalto en Alemana a principios del siglo XX, con 14.223 años.
Fuente: CNN