A pesar del esfuerzo tecnológico, de las inversiones millonarias, de las optimizaciones y los escándalos, existe una verdad fundamental detrás de todo el movimiento Bitcoin: Todo ese escalofriante poder de procesamiento se consume en forma inútil. Sin embargo, la iniciativa Permacoin de Microsoft Research y la Universidad de Maryland propone algo diferente: Realizar y sostener respaldos de contenido a cambio de monedas.
La forma más sencilla de adquirir un Bitcoin es comprándolo. En estos momentos flota cerca de los 650 dólares, una inversión bastante fuerte y de alto riesgo para muchos usuarios, pero una interesante apuesta entre quienes puedan darse el lujo de especular. Los más aventureros, o aquellos con un capital mucho mayor, han optado por la ruta de la minería. Agregar uno de los famosos “bloques” a la cadena es cada vez más difícil, y requiere un poder de procesamiento mayor. Con esto en mente, diferentes organizaciones han advertido sobre el daño ecológico de la minería Bitcoin, principalmente debido al alto consumo energético de los sistemas involucrados. Aún así, existe algo todavía más extraño: Si dejamos a un lado las monedas, lo que queda de esos cálculos carece de valor. La canción de Dire Straits habla de “dinero por nada”, y en el caso del Bitcoin, es literal.
Lo que se cuestiona no es a la moneda, sino al mecanismo para crearla. Es, desde todo punto de vista, un desperdicio, pero la gente de Microsoft Research, junto a la Universidad de Maryland y Cornell Tech, propone un uso más inteligente de ese mecanismo, a través de la iniciativa Permacoin. En vez de que los mineros concentren todo su poderío en recursos de procesamiento, Permacoin sugiere usar recursos de almacenamiento. De este modo, los sistemas de minería construyen una “prueba de recuperación”, la cual verifica que un nodo está invirtiendo recursos de memoria y/o almacenamiento para respaldar un archivo, varios, o un fragmento. Dicho de otra manera, la idea de Permacoin es que Bitcoin se convierta en una red masiva P2P para respaldar archivos y garantizar su acceso en caso de una interrupción mayor.
Los números son muy llamativos: Si cada minero Bitcoin cediera un total de cuatro gigabytes, la red P2P de Permacoin ascendería a unos nada despreciables 120 terabytes, pero si cada dólar gastado en sistemas ASIC que están minando Bitcoins en este instante fuera reinvertido en unidades de estado sólido, Permacoin sería una red de 100 petabytes. Por supuesto, el sistema estaría preparado contra cualquier intento de hacer trampa (por ejemplo, hacer pasar almacenamiento en línea como local), sin embargo, los verdaderos gigantes en el jardín para Permacoin son el estado actual de conectividad (una catástrofe) y las fallas de hardware. ¿Qué sucede si un respaldo de 300 TB se pierde por culpa de un rayo o un incendio? ¿Acaso se pierde el dinero también? Permacoin ya tiene un prototipo funcional, y el vídeo de media hora trata de responder varias preguntas, pero deberá despejar más dudas antes de que tome vuelo… si es que lo logra.
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