Últimamente el 3D está de moda. Lo hemos visto con el lanzamiento de los televisores de última generación de todas las mejores marcas y con la fiebre de dar a las consolas la capacidad de reproducirlo. Sin embargo, hasta hace muy poco nos faltaba la parte principal para hacer funcionar esta industria: las películas. Al fin y al cabo, es la industria del cine la que definirá su éxito o fracaso.
El 3D ha existido durante muchísimo tiempo, eso lo sabemos todos. Sin embargo, en este último tiempo ha evolucionado mucho. Sí, en la mayoría de los casos todavía requiere usar unos lentes ridículos. Pero ahora tenemos la posibilidad de mirarlo por un par de horas sin sentir dolor de cabeza y náuseas a causa de la mala sincronización. Gracias a esto, el cine ahora tiene un juguete nuevo.
Se trata de una tecnología prometedora, pero el 3D requiere una inversión bastante importante (de hasta un 30%) para la producción ya que se necesitan cámaras especiales que tomen las imágenes por separado para cada ojo. Sin embargo, el uso de esta tecnología tiene un efecto en el público: engaña a los sentidos, nos hace sentir como que realmente estamos allí. Y todo buen director sabe que esta inmersión puede lograr maravillas entre el público. Además, agregándole el valor de ser 3D a una película se limita el descarga de ésta, ya que hay muy pocos hogares equipados para mirar una película de esta clase.
Aunque la realidad es que por el momento los filmes que se vienen usando esta capacidad son bastante pocos. El presupuesto para producirlos es todavía muy alto y en películas con ambientaciones simples no vale la pena utilizarlo. La historia es diferente cuando hablamos de las que nos llevan a sitios fantásticos, con paisajes que probablemente nunca veamos en la realidad, cuentan los directores. De hecho, son filmes de esta clase los pioneros de esta tecnología que fueron lanzados este año: “Viaje al Centro de la Tierra” y “Fly me to the Moon”, una película de animación sobre tres moscas que se cuelan en el viaje del Apollo 11.
Así, las primeras películas en 3D tienen efectos muy evidentes, tratando de mostrar todo el potencial de la nueva tecnología que usan. Esto es algo común cuando se agrega otro elemento al cine. Esperamos que esta tecnología se vuelva más común en los próximos años, permitiéndoles a los directores y escritores dejarnos sin aire al mostrarnos los paisajes de su imaginación. Y finalmente, que no se cubra la falta de historia del que sufren muchos filmes usando pura técnica, aunque esto quizás sea pedir demasiado.