Aunque el espacio tiene un atractivo inherente por ser “lo desconocido”, hay miles de millones de detalles sobre el mundo submarino que aún nos escapan y un equipo en la Universidad de la Ciudad de Osaka está trabajando para cambiarlo. En la FX Expo 2010 presentaron dos peces robóticos, cuyo objetivo es filmar la vida submarina. Pero para lograrlo, primero deben comportarse como peces reales.
Hemos visto varios animales robóticos, como el concepto del guepardo robótico del MIT y el increíble robot modular acuático. En este caso, se trata de peces robóticos diseñados especialmente para estudiar la vida submarina, creados por la Escuela de Ingenieros, en la Universidad de la Ciudad de Osaka en Japón. El equipo, liderado por el profesor Wakisaka Tomoyuki, ha demostrado dos peces en la última FX Expo 2010.
El primero de todos es uno muy pequeño, que se mueve como pez en el agua… literalmente. El equipo a cargo es consciente de que los peces no confían en robots que se mueven de manera irreal y se alejan ni bien los ven. Por eso el objetivo principal era conseguir que se mueva como tal y lo han logrado con una similitud magnífica. Pero uno de los mayores contratiempos que le produjo, fue el suministro de energía. Debido a su tamaño no puede cargar las celdas de combustible que han estado desarrollando para que funcionen por largos períodos de tiempo. Y lo que es aún peor, tampoco podría llevar el equipo fotográfico para captar la vida submarina.
Finalmente, decidieron que el pez de 100 milímetros de largo utilice una celda de combustible cilíndrica de polímero sólido llamada Power Tube. Además, posee una articulación en el frente, controlada por un actuador magnético, que le permite nadar hacia adelante. También es capaz de salir a la superficie o zambullirse, cambiando el centro de gravedad del dispositivo que lo hunde, de manera que puede nadar y moverse como un pez real. A pesar de su gran efectividad, el futuro de este pequeño pez parece estar en los tanques, para usos terapéuticos.
El segundo, de un tamaño mucho mayor, es un prototipo del pez que esperan utilizar para estudiar la vida submarina. Utiliza cuatro células de combustible ultra livianas con peróxido de hidrógeno, lo que le permite proveer oxigeno aún estando debajo del agua. La idea es que las cedas de combustible sean capaces de permitirle nadar y filmar la actividad submarina durante tres días. Y aunque saben que tienen mucho trabajo por delante, confían que como mínimo, podrá moverse como un pez real. Cuando le preguntaron si no teme que el pez termine siendo la cena de otros peces más grandes, Tomoyuki respondió que no se preocuparía si llegara a ocurrir, ya que sería un testamento del parecido que tiene a un pez real.