Astral SPb, una editorial rusa, publicará este mes la novela “Amor Verdadero”, escrita por PC Writer 2008, ¡un ordenador!
En una época en que la Inteligencia Artificial está a prueba constantemente, PC Writer 2008 se pasea con cierto aire de superioridad. Este ordenador programado para escribir novelas probablemente no pasaría la prueba de Turing (ya que todas sus funciones están enfocadas a un único objetivo) pero ha sido capaz de despertar polémica.
Este escritor informático nació luego de 8 meses de trabajo de creativos y filólogos. Para el desarrollo de la novela, PC Writer recibió datos de la novela Anna Karenina, descripción de personajes (apariencia, perfil psicológico y otras características), vocabulario, estilos literarios (de 13 escritores rusos) y las líneas generales de una trama. Con esta información, el ordenador logró escribir una novela completa en tan sólo tres días. Los creadores no se conformaron con esta versión y – luego de ajustar algunos datos – volvieron a encomendarle la tarea literaria. Tres días después, estaban enviando el borrador a un corrector literario. Al parecer, el resultado es respetable, ya que una editorial rusa (Astral SPb) se dispone a lanzar 10.000 copias de la novela al mercado en breve.
Las editoriales están de festejo. Para ellos, el trabajo de PC Writer 2008 reduce los costos de edición, ofrece un producto a la medida de lo que requieren y garantiza plazos de entrega que los escritores reales rara vez cumplen. Los que no están felices – y no es de extrañar – son los autores y críticos. Varios de ellos argumentan que ha habido trabajo humano tras esta novela y que la intervención del ordenador ha estado lejos del proceso creativo.
¿Puede reemplazarse realmente el imaginativo humano con un ordenador programado? Hace poco salió a la luz un robot capaz de dibujar retratos, y ahora tenemos un ordenador que escribe novelas. ¿Hasta qué punto nos interesa imitar/reemplazar nuestros talentos? Quizás para los lectores/espectadores sea algo positivo que su artista favorito sobreviva a su muerte a través de configuraciones informáticas. Un robot que continúe la obra de Picasso, o un programa que le acerque "nuevas creaciones" de Shakespeare a su casa. Pero en el proceso podríamos perder mucho de lo que nos identifica y reafirma como especie.
