Todo aquel que tenga un gato como mascota debe haber padecido las travesuras del felino. Es que si el maldito no está arañando los sillones, está caminando encima del teclado. Para estas situaciones, ¡PawSense al rescate!
Ah, los gatos. Esas mascotas tan queridas por unos, y odiadas por otros. Son toda ternura hasta que sus instintos le dictan que tienen que hacer una de sus tropelías, y no hay lugar donde esconderse.
Y a los gatos no le gustan los ordenadores. Bichos celosos como pocos, el minino ve en el ordenador un adversario a destronar, un enemigo que mantiene a su amo ocupado, privándolo de la atención que el cree merecer. Por eso, no es raro que, cuando el dueño del felino se aleja de la pantalla por unos segundos, al regresar encuentra un caos de proporciones titánicas. El Word se cerró sin guardar el documento en el que estábamos trabajando, hay íconos nuevos en el escritorio, Winamp se inició solito y el disco rígido se está desfragmentando.
Los novatos achacan responsabilidades a un fantasma, un espectro juguetón que murió intentando instalar Vista y ahora regresa para vengarse de todo aquel que todavía está con XP. El gato no puede ser, ¡si tiene una carita de inocente que derrite el alma!
Ah, pero aquellos que llevamos un tiempo entre estas alimañas traicioneras sabemos mejor. Hay que desconfiar de esos ojitos tiernos y de esa carita de preciosa ignorancia. Y entonces, nos quedan dos alternativas: o bloqueamos el teclado cada vez que nos alejamos del ordenador o instalamos PawSense.
PawSense es un programita que, cuando detecta “Cat-Like Typing” (tipeado al estilo gatuno), bloquea el teclado y “hace un sonido que molesta a los gatos. Esto le enseña a su felino que está mal subirse al teclado incluso si los humanos no lo están viendo”.
El software se vende a 19.99 dólares y es tan inútil como tratar de mantener la casa libre de pelos cuando hay un felino rondando en cada esquina. Pero vale como anécdota y como excusa para poner estas imágenes tan graciosas, ¿o no?