Mediante técnicas de clonación e ingeniería genética que la empresa Bio Sidus puso a punto en 2002, nació en febrero una vaca que produce leche con insulina humana. Patagonia I es el nombre de una pequeña ternera que nació el 27 de febrero, y vive en el Tambo Farmacéutico que la empresa Bio Sidus tiene cerca de la localidad Argentina de Baradero, a cien kilómetros de Buenos Aires. Hasta aquí, no hay novedad. Vaquillonas como esta hay miles en la pampa Argentina. Lo que la hace especial es su leche, ya que por primera vez en el mundo se logró que una vaca fabrique grandes cantidades de insulina sin que esto la enferme.
Junto a sus compañeras Patagonia II, II y IV son las terneras más atendidas de la Argentina: “es porque su leche valdrá millones”, comenta Carlos Melo, quien se desempeña como gerente de Proyectos Especiales de Bio Sidus. Se trata de vacas genéticamente modificadas, una especialidad en que la empresa tiene gran experiencia, ya que antes habían obtenido animales capaces de producir hormona de crecimiento humana.
Esta vez la apuesta es mayor, ya que son millones los diabéticos que necesitan esta sustancia para vivir. Solo en Argentina hay trescientos mil diabéticos, que podrían obtener su insulina de un grupo compuesto por solamente 25 vacas de este tipo. Este grupo de pacientes argentinos gasta anualmente 50 millones de dólares insulina mayormente importada.
La historia de la clonación de mamíferos empezó con la oveja Dolly en 1996, en Gran Bretaña. En la Argentina Bio Sidus hizo nacer a la ternera Pampa en 2002 y la llamada Pampa Mansa en 2003, capaz de producir, con su leche, hormona de crecimiento humana.
Para lograr clonar una vaca hay que obtener un óvulo y quitarle su núcleo. Luego se toma una célula de un feto de la raza deseada (en este caso fue una Jersey, gran productoras de leche) y se le extrae el núcleo y se lo introduce en el primer óvulo. A partir de esta modificación el ovulo se comporta como si hubiese sido fecundado. Comienza a multiplicarse normalmente para formar un embrión, y a los siete días se lo implanta en el útero de la vaca le servirá de incubadora hasta su nacimiento. El clon esta listo.
Cuando se quiere alguna característica extra, como en el caso de Patagonia, antes de introducir el nuevo núcleo en el óvulo se lo modifica introduciendo el gen necesario para la función buscada. Bio Sidus introdujo uno que ordena la fabricación de insulina humana.
Para resolver el problema que se les presenta a las vacas, debido a que ellas también necesitan un nivel determinado de insulina para vivir, y este gen provoca un exceso que puede resultarles mortal, hubo que trabajar un poco más. El equipo de construcciones genéticas de Bio Sidus modificó el gen de la insulina humana para que fabrique una molécula muy parecida a la insulina (llamada “precursora de la insulina”), no tiene ningún efecto en el animal. Luego de ordeñadas las vacas Patagonia, esta molécula se modifica fácilmente en laboratorio, agregándole una enzima que la transforma finalmente en auténtica insulina humana.
A fines de este año las vacas comenzaran a dar leche, y para febrero de 2008 la mejor de ellas servirá de madre (esta vez de forma natural) de una camada de vacas capaces también de producir la preciada molécula.
Argentina fue el primer país del mundo en desarrollar esta tecnología “Porque su clima y su suelo ofrecen las condiciones más favorables a la cría de ganado vacuno; los costos son bajos y ya contamos con razas de alta calidad; y, también, porque contamos con recursos humanos altamente calificados en el área”, explicó Criscuolo, uno de los integrantes del equipo.
Desde hace más de dos décadas se utiliza una insulina obtenida del páncreas de cerdo, de muy inferior calidad.