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P3P: ¿El futuro del intercambio de archivos?

Se barruntaba hace algún tiempo que el modelo de negocio actual en cuanto a los contenidos audiovisuales se estaba agotando. Lo saben los empresarios y lo saben los usuarios. Sin embargo, las compañías aún persisten en aferrarse denodadamente a un sistema que tiene los días contados, aunque en el intento perjudique a sus propios clientes. Parece que algo se mueve en el entorno y se ha propuesto una solución que puede ser definitiva. Sigue leyendo y entenderás cómo.

No dejamos de sobresaltarnos casi cada día con las nefastas noticias que aparecen sobre la prohibición del intercambio de archivos, la ley de los 3 avisos como la que han aprobado en Francia o la supresión del derecho de copia privada en Irlanda. Lo que debería haber sido una transición pacífica y sin sobresaltos, se ha terminado convirtiendo en una guerra sanguinaria donde las compañías no dudan en llevar a juicio a usuarios de la calle sin más crimen que el haber descargado algunas canciones para escuchar. En algunos países, como EEUU, han caído multas cuantiosas y hasta conatos de cárcel para gente de a pie que lo único que hicieron fue bajarse música con derechos de autor. En otros, como España, el intercambio de archivos no es delito mientras no exista ánimo de lucro. Y sin embargo, las entidades de gestión de derechos intelectuales (y hasta miembros del gobierno) pretenden criminalizar la actividad generada en los P2P para ver si pueden frenar la mal llamada “piratería”. Se dan cuenta que no tienen el camino fácil, porque pueden llevarse por delante derechos fundamentales de las personas y por eso mismo las puertas se les van cerrando a cada intento que planean.

Por otro lado, los usuarios agudizan el ingenio y diseñan nuevos sistemas de intercambio, cada vez más sofisticados, con la idea de evitar ser manipulados y observados por las compañías o el estado, según se tercie. Está claro que todo no puede ser gratis y que los autores también deben obtener rendimiento de su trabajo, así que nos encontramos en una disyuntiva poderosa, que por ahora nadie ha conseguido resolver de manera satisfactoria para todos.

Los primeros en aportar una solución viable y beneficiosa para ambas partes han sido los integrantes del P3P Working Group, que así han dado en llamarse aquellos miembros del grupo(Telefónica es uno de ellos) que piensan que se puede encontrar un modelo de negocio rentable para las empresas y razonable para los clientes. Hay que tener en cuenta que los jóvenes ya están acostumbrados a utilizar las redes de intercambio y no se van a bajar del carro fácilmente. La Distributed Computing Industry Association (DCIA), asociación que agrupa a creadores de clientes P2P y proveedores de Internet, cree que el paso inevitable es asumir el P2P como medio de distribución y establecer modelos de negocio similares al adoptado por la Isla de Man. Allí parece que el gobierno autónomo ha entendido por donde viene el futuro y se han puesto manos a la obra para convertirlo en presente. En la Isla de Man proponen una “tarifa plana” para descargar todo tipo de contenido sin tener que soñar por las noches que un comando de las fuerzas especiales irrumpe en tu casa para precintarte el ordenador y llevarte esposado al juzgado. Ese pago se realizaría añadiendo un sobrecoste a la propia línea de Internet. De esta manera, las compañías pagarían a los autores por las descargas realizadas y los usuarios no tendrían que esconderse ni sudar a causa de los sistemas de represión estatales o los protagonizados por las entidades de gestión de la propiedad intelectual. A la equivalente británica de la SGAE – la BPI le pareció buena idea, señal de que la cosa tiene una pinta excelente.

LA DCIA crea entonces el P3PWG, cuyo principal responsable será el gobierno de la Isla de Man. Este grupo se encargará de definir un conjunto de prácticas empresariales para rentabilizar el intercambio de música online. Su función será "determinar las mejores prácticas voluntarias para monetizar la distribución online de música". El P3P por tanto no es un nuevo protocolo de intercambio de ficheros -como sí lo es, por ejemplo, el P4P- sino un conjunto de procedimientos para obtener rendimiento económico el intercambio de archivos sin molestar a los clientes ni tratarlos como criminales. Entre sus funciones se destaca la capacidad de proveer a los ISP la facultad de autorizar a sus abonados a descargar y compartir música en Internet usando cualquier medio de distribución online, incluyendo P2P o descargas directas. También es cierto que el sistema presenta algunas dificultades que deberán ser solventadas ¿Qué pasaría con aquellos que no usen Internet para descargar? ¿Deberían pagar igualmente esta tasa? ¿Y si descargas archivos sin derechos de autor? ¿Y si hay archivos que no son fácilmente reconocibles y no puede saberse sin tienen copyright? ¿Cuánto dinero le entregaran a los autores y en base a qué? ¿Cuál será la tasa a cargar en la línea? ¿Qué pasará con los países europeos que empiezan a aplicar medidas legales contra el P2P?

Así pues, una vez resueltos los escollos, este sistema podría convertirse en el fin de las durísimas rencillas que enfrenta a las compañías y a los usuarios. Nosotros lo vemos bastante factible y muy justo para las partes. Quizá la única solución viable a este conflicto surgido en la era de la información. Porque es cierto que los bits son libres y nadie puede ponerle puertas al campo, pero no es menos cierto que los autores de obras intelectuales deben recibir una recompensa por su trabajo. No sabemos las reacciones de las demás entidades de gestión de derechos de autor, pero mucho nos tememos que en España seguramente pretendan imponer una tasa para “compensar la piratería” a las líneas ADSL (ya lo propuso la SGAE hace algún tiempo) pero no autorizar la descarga y seguir persiguiendo a los usuarios por toda la red. Y por supuesto, nada de eliminar el canon. La tajada resulta demasiado apetitosa como para soltar la mordida fácilmente. Imaginemos el escenario tan magnífico para la SGAE: todas las líneas ADSL pagando para ellos, el canon por otro lado y encima la ley de los 3 avisos para frenar toda descarga que ellos consideran lesiva para su bolsillo. De pesadilla. Esperamos equivocarnos y que la Isla de Man sea un ejemplo para el resto del mundo.

Escrito por imported_Kir

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