No tiene sentido negarlo: Los ordenadores más antiguos están desapareciendo, y aquellos que sobreviven en condiciones relativamente buenas cuestan una fortuna. Por estos motivos es que los amantes del hardware retro celebramos cada rescate, reparación y descubrimiento. El canal LGR se especializa en esas tres cosas, y un par de días atrás compartió el estreno de un ordenador Epson Apex 100. Apenas un sistema XT presentado como alternativa de bajo costo a fines de los ’80, pero hoy es una reliquia que vale la pena explorar de punta a punta.
¿Recuerdas a tu primer ordenador? No me refiero a modelos más hogareños como el Commodore 64, sino a tu primer PC compatible. El mío fue un clon 286 al que hice echar fuego a puro Prince of Persia y Grand Prix Circuit. Con el paso del tiempo hubo algunos avances y retrocesos, pero admito que nunca tuve un sistema XT, sólo accedí a ellos en la escuela.
Dejando a un lado el factor retroinformático, hay muchos programas que sólo se ejecutan correctamente en hardware de la época, pero comprar un ordenador XT real puede llegar a ser muy complicado, o demasiado caro. Clint del canal LGR tuvo la suerte de obtener un NuXT, que combina al clásico 8088 con componentes actuales, sin embargo, recientemente redobló la apuesta con un Epson Apex 100, un PC XT completo de 1989, sacado de su caja:
Básicamente, Epson ofreció al Apex 100 como una alternativa «low-cost» para su distribución en grandes cadenas que no contaban con marcas propias de ordenadores, mientras que la línea Equity era vendida por canales más especializados. En esencia, cada vez que un nuevo ordenador Equity aparecía en los catálogos, la configuración más baja (con uno o dos años sobre los hombros) era «transformada» en Apex, la típica táctica de lanzar un producto para hacer que otros se vean mejor (ej. Pentium II/Celeron).
Aún así, el Epson Apex 100 tiene una impresionante atención al detalle. El interruptor Turbo (no botón) que permite cambiar la frecuencia entre 10 MHz y 4.77 MHz es muy útil para domar a viejos programas, y tanto el acceso a los interruptores físicos que establecen la configuración de hardware como el espacio para conectar el teclado (con la ranura que permite sacar el cable sin hacer malabares) son señales de un diseño muy bien pensado.
El monitor del Apex 100 sigue la misma línea, con acceso directo a todos los potenciómetros de ajuste, y un interruptor que permite cambiar al clásico color verde, conservando el modo CGA en segundo plano. La tarjeta gráfica posee otro interruptor, pero en ese caso es para alternar entre modo CGA y el inolvidable Hércules, y además es compatible con Plantronics Colorplus, habilitando 16 colores en todos los programas que lo soporten.
A pesar de esas ventajas, el Epson Apex 100 no incluye disco duro ni tarjeta de sonido (dos lujos en 1989), y sus ranuras de expansión de 8 bits limitan la instalación a opciones como la Snark Barker, las tarjetas AdLib, y otros clones con propiedades similares. ¿Necesito una? No. ¿Quiero una? Definitivamente.