Según ha trascendido en varios medios de comunicación, un antiguo colaborador de Wikileaks actualmente enemistado con Julian Assange ha anunciado el lanzamiento de un sitio alternativo llamado OpenLeaks. A diferencia del sitio responsable del más grande dolor de cabeza del gobierno estadounidense de los últimos tiempos, OpenLeaks recibirá documentos secretos o confidenciales pero en lugar de difundirlos de forma abierta los distribuirá a los medios designados por la fuente de la filtración.
Es indudable que Wikileaks producirá un cambio en la forma en que la gente ve a sus gobiernos. Pero seguramente no estará solo en esta tarea, ya que internet proporciona un grado de anonimato –siempre y cuando sepas exactamente como hacer las cosas– que no permiten otros medios de comunicación. El primer “competidor” que aparecerá en la arena será, según parece, OpenLeaks. Según la cadena sueca SVT, el ex portavoz de WikiLeaks Daniel Domscheit-Berg pondrá en linea el nuevo sitio el día lunes. “OpenLeaks es un proyecto que pretende convertirse en un proveedor de servicios de terceros que quieran aceptar material de fuentes anónimas”, dijo Domscheit-Berg en entrevistas realizadas en Alemania. El sitio, que desde su nacimiento estará preparado para hacer frente a las consecuencias legales de sus actos, será operado por una fundación aún no revelada, a cargo de un consejo de administración.
OpenLeaks no será igual al sitio en que se inspira. Si bien los objetivos finales son los mismos -excelentemente resumidos en el slogan de Wikileaks (“We open Governments”, “Abrimos gobiernos”)- habrá importantes diferencias en la forma de operar de ambos portales. El nuevo sitio aportará la información recibida directamente a los medios de comunicación, sin realizar ninguna comprobación de su veracidad o autenticidad. Al igual que una agencia de noticias tradicional, solo será el nexo entre un informante y aquellos medios que este elija como destino de sus denuncias. Las ventajas, desde el punto de vista legal, que posee este esquema de trabajo son varias, pero la más importante es que se evita la persecución judicial del sitio, ya que formalmente no publicarán los cables, delegando esa responsabilidad sobre el medio elegido por el denunciante. Esta forma de trabajo puede tener un impacto negativo sobre la calidad de los informes, ya que se delega en los medios la tarea de comprobar las filtraciones, pero no deja de ser interesante el hecho de que comencemos a ver un florecimiento de sitios encargados de revelar los secretos sucios de gobiernos y corporaciones. Max Headroom está a la vuelta de la esquina.