Los paquetes de oficina se destacan sobre otras piezas de software por lo bien que se han adaptado a los beneficios de la nube. El usuario hoy cuenta con una variedad de servicios muy pulidos a un costo imbatible, pero quien desee una variante abierta sabe que la nube en general no es un buen lugar para buscar. Dicho eso, hagamos un lugar a Open365, una nueva plataforma basada en LibreOffice Online que nos permite crear y sincronizar documentos a través de todos nuestros dispositivos con mucha facilidad.
Para bien o para mal, «la nube» ya ocupa un lugar fundamental en nuestras vidas, y aunque podríamos vivir sin ella (lo hicimos durante décadas), la transición sería bastante complicada. Esto es especialmente cierto en entornos de alta productividad, con documentos o planillas modificadas de forma colaborativa, y miles de textos guardados en línea. Las opciones principales del mercado son dos: Office 365, preferido definitivo del mundo empresarial, y Google Docs, al que muchos usuarios individuales (incluyendo un servidor) han sabido exprimir más allá de sus limitaciones naturales. Ahora, ¿qué pasa con el open source? A su modo, tanto Office 365 como Google Docs no dejan de ser «prisiones de cristal», y aunque el usuario puede transferir sus datos a otro servicio sin mayores sobresaltos, no tiene ninguna clase de control sobre el funcionamiento de las aplicaciones en sí.
Ahí es cuando aparece Open365. Luego de crear una cuenta e ingresar al servicio, el usuario recibe un total de 20 gigabytes de espacio en línea para almacenar todos sus proyectos, enlaces de descarga compatibles con Windows, OS X, Linux, Android (iOS viene en camino), y acceso al «Hub», cuya interfaz nos recuerda bastante a Google Drive. El soporte de formatos es bastante amplio en Open365, y de ningún modo se limita a documentos, planillas o diapositivas. El software ofrece un visualizador de imágenes e incluso un reproductor multimedia, mientras que el contenido puede ser organizado en «carpetas» o «bibliotecas» personales, listas para ser compartidas y sincronizadas con los permisos adecuados. A la hora de ejecutar sus aplicaciones, la experiencia de Open365 está en línea con lo que ya conocemos de LibreOffice Online.
En lo personal, me hubiera encantado hacer un análisis más profundo sobre Open365, pero al parecer su exposición mediática ha provocado que los servidores sientan mucha presión. Dicho de otro modo, hace diez minutos que espero la apertura de Writer en dos navegadores diferentes, sin resultado alguno. Obviamente, todos estos detalles técnicos serán resueltos a medida que la plataforma avance en su desarrollo, sin embargo, el verdadero potencial no radica tanto en perfilarse como competidor de Office 365 o Google Docs, sino en la posibilidad de «self-hosting» que los usuarios tendrán a futuro, creando y manteniendo sus propios servidores. Uno de los grandes precios a pagar por utilizar la nube es rendir el control directo sobre nuestra información, y Open365 tratará de cambiar eso.