Se estima que cada año unas 650,000 personas sufren la amputación de algunos de sus extremidades superiores. Sin embargo, a la hora de elegir una prótesis, los pacientes se encuentran con que los modelos disponibles poseen diseños prácticamente idénticos a los de los años 1950s, sólo que construidos con materiales más modernos. Afortunadamente existe Open Prosthetics Project, un emprendimiento que intenta aplicar el modelo “open source” a este problema con el objetivo de crear prótesis avanzadas y asequibles para cualquiera.
El número de personas a la que por diferentes razones -accidentes, enfermedades o heridas de guerra- se le deben amputar algunos de sus miembros supera cada año el millón. Uno podría pensar que la ciencia y la tecnología actual son capaces de brindar reemplazos avanzados y plenamente funcionales para sus brazos y piernas perdidos. Pero la realidad, como ocurre a menudo, es muy distinta a lo que uno supone. En la práctica, el desarrollo de prótesis ha sido muy lento. A pesar de que algunas empresas y universidades trabajan poniendo a punto sistemas capaces de integrar la robótica con el cuerpo humano, lo cierto es que incluso aquellos pacientes que tienen pocas restricciones presupuestarias, entre los que se cuentan los veteranos del ejército de EE.UU. (quienes reciben los mejores productos disponibles), terminan usando prótesis con diseños que no difieren prácticamente de los existentes hace 60 años. Solamente están construidas con materiales más modernos.
Resulta extraño que en un campo que tiene -sin lugar a dudas- un potencial económico muy importante no se produzcan avances más significativos. Otras industrias, como la automotriz o la informática, han logrado en las últimas décadas avances que a veces hasta resultan increíbles, mientras que el desarrollo de prótesis parece encontrarse estancado. Pero parece que hay una luz al final del túnel. Un grupo de ingenieros, científicos y diseñadores han creado un proyecto llamado Open Prosthetics Project, que posee la filosofía del conocimiento libre y que tiene como objetivo central diseñar, mejorar y -no menos importante- abaratar las prótesis de brazos y piernas existentes. Uno de sus fundadores es un ingeniero llamado Jonathan Kuniholm, que conoce el problema bien de cerca. Kuniholm perdió una mano en la guerra de Irak. Luego de buscar en el mercado una prótesis que le permitiese recuperar aunque fuese una parte de su funcionalidad perdida, se decidió a fundar dicho proyecto.
Open Prosthetics Project utiliza como “centro de coordinación” un sitio web, y aplica el modelo "open source" de colaboración que tan buen resultado ha dado en el campo del software. El objetivo final de Kuniholm es crear una serie de prótesis que resulten asequibles para cualquiera. Otro de los fundadores del proyecto es Chuck Messer, un experto en tecnología que ha dedicado una buena parte de su tiempo a mejorar la vida del hombre. Messer ha diseñado instrumental quirúrgico para operaciones de corazón asistidas por robots e incluso prótesis que se utilizan en todo el mundo. Su objetivo consiste en “diseñar y desarrollar prótesis para posteriormente compartirlas con el público de manera gratuita.”
El tema del costo de las prótesis es, sin dudas, también parte del problema. A nivel mundial, la mayoría de los pacientes que necesitan uno de estos artefactos carecen de los recursos suficientes para costearse alguno de los modelos más avanzados. De hecho, algunos países directamente carecen de la infraestructura adecuada para el cuidado y rehabilitación de estos pacientes. El proyecto Open Prosthetics busca que sus colaboradores desarrollen innovaciones que resulten útiles a estas personas, proporcionando los diseños en forma gratuita. Cualquiera puede colaborar con el proyecto, y los resultados se encuentran a disposición de todos aquellos que quieran construir las prótesis diseñadas en el sitio.
A pesar de la buena voluntad de Messer, Kuniholm y de los cientos de colaboradores que ya participan de una u otra forma en el proyecto, el problema que busca solucionar Open Prosthetics es de una complejidad enorme. Se trata -ni más ni menos- que buscar un reemplazo para un sistema biológico altamente eficiente que ha sido desarrollado y perfeccionado a lo largo de millones de años. Sin embargo, se muestran optimistas, y creen que es posible crear una prótesis liviana, robusta y manejable. Están convencidos que la mejor forma de lograr este objetivo es adoptar una filosofía abierta. Esperemos que este modelo, aplicado a una causa humanitaria fundamental, cabe dando tan buenos resultados como lo ha hecho como en el software.