Tenemos al Raspberry Pi Zero, pero sus problemas de disponibilidad en algunas regiones no hacen más que frustrar al usuario. Después encontramos a toda la familia Arduino y sus clones chinos, sin embargo, tal vez nuestro proyecto necesita mayor poder de fuego. ¿Cuál sería un «término medio» adecuado entonces? Una posible respuesta es el Omega2, mini ordenador basado en Linux con WiFi integrado, modular, fácil de programar, muy económico, y tan grande como una cereza.
Cada vez que una compañía de alto perfil sale a hablar sobre la famosa «Internet de las Cosas», siento que lo único que logra es alejar ese concepto del usuario. Al final del día, son más interesantes los proyectos de millones de entusiastas alrededor del globo, que cualquier solución oficial automatizada e hiperconectada. Incluso me atrevería a decir que la Internet de las Cosas jamás va a existir como los grandes nombres del mercado la visualizan, sino que se adaptará a un movimiento DIY mucho más avanzado y amplio, en el que los usuarios construyen y experimentan por su cuenta, utilizando recursos de software gratuitos, y hardware con un costo muy bajo. El Raspberry Pi Zero es una prueba contundente a favor de esa tendencia, pero ahora tenemos algo nuevo: El Omega2.
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580 MHz en su CPU. 64 megabytes de RAM, 16 megabytes de almacenamiento, soporte USB 2.0, WiFi integrado, 15 pines GPIO, dos conexiones UART, y un potencial enorme. Por sí solo, este mini ordenador no posee salida de vídeo, pero gracias a su alto nivel de conectividad es muy fácil controlarlo a través de un navegador web con un servicio en la nube especial (llamado Onion Cloud, que dicho sea de paso es opcional), o directamente vía SSH para quienes prefieren esa vía. Después entran en juego los módulos de expansión, que permiten sumar compatibilidad con shields Arduino, una pequeña pantalla OLED, controles de servomotores, puerto Ethernet físico, Bluetooth, GPS, y mucho más. Repetidor WiFi, servidor multimedia y plataforma de streaming son apenas tres de los múltiples roles que el Omega2 puede asumir.
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Y cuesta cinco dólares. Sí, la edición estándar vale apenas cinco billetes. Por cuatro dólares extra es posible acceder a una versión que trae el doble de memoria (RAM y de almacenamiento), y una ranura microSD como vía de expansión. Su campaña en Kickstarter ha sido un éxito, y con seis días por delante (¡date prisa!) superó ampliamente a su meta original de 15 mil dólares. Si todo sale bien, las primeras unidades llegarán a los backers en noviembre.
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