Okeyko es una nueva forma de enviar y recibir mensajes de texto con tu teléfono móvil. Con una disminución en los gastos por envío de mensajes que oscila en un 99%, con Okeyko tendrás la posibilidad de enviar mensajes a todo el mundo al mismo valor que si lo enviaras a tu vecino de la otra calle, sin pagar una moneda de más por tratarse de otro país. Sólo tienes que tener instalado Okeyko en los móviles. Esta novedosa aplicación es un software de uso libre y en la actualidad se está comenzando a implementar en todos los países de habla hispana. Sólo entre Argentina, México y España ya existen más de 9 mil usuarios y el sistema ha sido solicitado para expandirse por toda Europa e India. Y tú, ¿ya eres parte de la comunidad Okeyko?
Okeyko posee muchas características que lo transforman en un sistema muy particular en lo que a envío y recepción de mensajes de texto se refiere. Por ejemplo, los mensajes no cuestan todos por igual. Los más breves cuestan menos que los que poseen muchos caracteres, hasta un máximo de 140, que es lo que el protocolo establece. Sin embargo, el costo es el mismo si decides enviarlo tanto a una distancia de 200 metros como a las antípodas. Es decir, el beneficio de Okeyko se sustenta en la economía real obtenida al enviar mensajes. Para muchos métodos de comunicación entre usuarios, la Web es el medio gratuito por excelencia, pero para envíos de mensajes de texto desde el teléfono móvil, esta aplicación demuestra ser muy conveniente para el bolsillo. Okeyko requiere la instalación de un software (que es gratis) tanto para enviar como para recibir los textos. Este soft puede bajarse desde el sitio de Okeyko a un ordenador y de allí pasarse al teléfono móvil, o aquellos que lo deseen pueden bajarlo directamente al teléfono.
En esta primera etapa de lanzamiento (fase Beta), Okeyko funciona sólo en teléfonos compatibles con el lenguaje Java (una buena parte de los teléfonos móviles cumplen este requisito) y requiere una línea que tenga habilitado el tráfico de datos, utilizando las redes GPRS, 3G y WiFi. Por ahora, no es compatible con celulares BlackBerry, iPhone y cualquiera que use el sistema operativo Android, aunque el crecimiento exponencial de la red de usuarios hará que estas posibilidades estén disponibles a corto plazo, según cuentan en Twitter. ¿Cuál es el misterio y secreto del bajo costo en la transacción de mensajes? Okeyko dirige los mensajes como pequeños paquetes de datos a través de Internet y el único costo que genera es el que cobra la operadora de telefonía móvil por el tráfico de esos datos. Según los creadores de Okeyko, con 1MB (un megabyte) se pueden enviar más de 4.000 “okeykos”.
En contraste con los SMS tradicionales, Okeyko no avisa cuando tenemos un mensaje disponible sino que se comporta como una casilla de correo electrónico. Debemos acudir a nuestro buzón y consultar si hay nuevos mensajes disponibles para nosotros. Los textos de Okeyko pueden también enviarse o leerse gratis desde el sitio que posee el servicio en la Web y no están dirigidos a un número telefónico específico sino a un nombre de usuario, por lo que un cambio de número de línea telefónica no afecta el uso. Es decir, te registras en la Web de Okeyko y obtienes un nombre de usuario, descargas la aplicación a tu teléfono móvil, ejecutas la aplicación e ingresas al sistema Okeyko. Así de sencillo. Una vez dentro, contactas con tus amistades a precios tan irrisorios que están levantando la atención de las compañías operadoras.
¿Cómo nace Okeyko? Gerardo Cabero tiene 28 años, está terminando la Licenciatura en Análisis de Sistemas en la Universidad Nacional de Salta (UNSA), Argentina, y les mostró el proyecto a Pablo Lugones y Gabriel Fernández (ambos de 21 años), también alumnos de Sistemas de la UNSA. A ellos les interesó la propuesta, los tres se pusieron a trabajar y al poco tiempo sumaron a Darío Gabriel Arias (24), un técnico en Informática de Hurlingham, Buenos Aires, quien trabaja diseñando sitios Web y quien se encargaría de diseñar la página de Okeyko. Una de las curiosidades de esta historia es que Arias y sus socios del norte argentino no se conocen personalmente.
