El invierno golpeó muy duro a los Estados Unidos, pero la primavera está cada vez más cerca, y con ella se actualiza un bello ciclo que incluye la llegada de nuevas aves, junto con sus intenciones de formar una familia. La gente de Chesapeake Conservancy decidió compartir a través de la Web toda la actividad de los halcones peregrinos, para lo cual instalaron una webcam en el piso 33 del Edificio Transamerica, ubicado en Baltimore.
Comprometerse con una de estas webcams es algo emocionante, y a la vez doloroso. En más de una ocasión la naturaleza juega una mala pasada, y el ave que hemos seguido durante semanas se convierte en el almuerzo de otra criatura. Por otro lado, también llega el momento de decir adiós. Las crías nacen, crecen, ganan fuerza, aprenden de sus padres, capturan sus primeras presas, y finalmente abandonan el nido en busca de cielos más propicios. Aún así, con cada primavera surgen nuevas cámaras, listas para crear nuevas historias. En esta oportunidad, nos cruzamos con la cámara de Chesapeake Conservancy, dedicada a filmar los halcones peregrinos que viven en el piso 33 del Edificio Transamerica, ubicado en Baltimore. El invierno no se guardó nada al otro lado del charco, sin embargo, tanto el frío como el hielo comienzan a ceder, dando lugar a fabulosos ejemplares.
El halcón peregrino representa a uno de los éxitos más contundentes en recuperación global, después de lo que fue una drástica reducción de su población entre 1950 y 1970. Esta ave puede acumular químicos en su sistema con cierta facilidad, un detalle que combinado con el uso masivo de DDT en aquellos años, convirtió al halcón peregrino en especie vulnerable. El halcón peregrino vive hasta los 17 años en promedio, su ciclo reproductivo genera 2-5 huevos al año, y el período de incubación oscila entre los 29 y los 35 días. Acantilados, rascacielos y construcciones de gran altura son sus lugares preferidos, y en el caso específico del Edificio Transamerica, se han instalado allí durante los últimos 35 años.
Al momento de escribir estas líneas eran las cinco de la mañana en Baltimore, y si bien el feed se encuentra activo, habrá que esperar algunas horas más para observar a los halcones. La presencia de estas aves en Baltimore no sólo es una expresión más de su asombrosa recuperación, sino también un testamento al entorno relativamente amigable que ofrece esa ciudad para ellas. Una excelente oportunidad, y a la vez algo diferente para ver en la Web, sin costo alguno.