La tecnología actual ha proporcionado a los arquitectos materiales mucho más resistentes y versátiles de los que disponíamos hace sólo 15 o 20 años y modernos sistemas de diseño asistido por ordenador capaces de realizar cálculos impresionantes en tiempos mínimos y sin errores. Ellos han sabido capitalizar esta oferta, utilizando esos elementos para proyectar obras que nos dejan sin aliento. Un ejemplo de ellos es el presentado por el estudio de Sou Fujimoto en colaboración con Fei & Cheng Associates, denominado “Oasis del siglo 21”, que recrea las formas de un árbol llamado Banyan, proporcionando a la ciudad de Taichung, en Taiwan, un espacio verde suspendido a 300 metros de altura.
Poco a poco nos vamos acostumbrando a la idea de que en el futuro los edificios serán muy diferentes a los actuales. Es muy posible que el 90% de la gente siga viviendo en sitios más o menos iguales a los actuales, pero las estructuras que definen la “personalidad” de cada ciudad importante serán completamente diferentes. Hasta hace unos 20 o 30 años, las ciudades que querían imponer alguna característica interesante a su fisonomía se contentaban con tener la torre más alta, o un par de ellas unidas por un puente, o alguna otra idea que -en definitiva- no se alejaba demasiado de lo que es una torre tradicional, como las que se construyen desde hace 100 años. Pero en los últimos tiempos han aparecido diseños extremadamente atrevidos, que agregan un toque de magia a la funcionalidad que se espera de ellos. Y no solo se trata de conceptos, ya como ha ocurrido con la torre “Burj Dubái“y sus más de 800 metros de altura, son construidos realmente.
Hace poco vimos el diseño de un rascasuelos que llama su atención al dirigirse hacia el centro de la Tierra en lugar de buscar las nubes. Pocos días después el arquitecto Vincent Callebaut nos mostró el proyecto Bionic-Arch, una torre ecológica para Taiwan. Y ahora nos enteramos que esa misma ciudad podría ser el sitio en el que el estudio japones Sou Fujimoto Architects construya lo que llaman “Oasis del siglo 21”. El proyecto a cobrado notoriedad al resultar ganador del concurso internacional para el diseño del Taiwan Tower para la ciudad de Taichung. Sus creadores se refieren a este proyecto como “un jardín en las nubes” dado que en su terraza ubicada a 300 metros de altura posee una plataforma ajardinada desde la que se puede divisar la ciudad.
El diseño fue elegido entre otros 237 proyectos (entre los que se encontraba el de Vincent Callebaut) y aseguran que comenzará a construirse al año próximo. Además del mencionado jardín, la estructura incluirá un museo, algunos restaurantes, oficinas y un gran centro de conferencias. Al igual que casi todos los demás proyectos presentados, esta torre conjuga un espectacular diseño con una serie de innovaciones destinadas a reducir la huella de carbono.
El edificio será capaz de aprovechar las aguas recogidas en su azotea, utilizará paneles solares para la producción de agua caliente y obtendrá la electricidad necesaria para funcionar de aerogeneradores y paneles fotovoltaicos. Durante la noche su estructura se iluminará mediante un sistema de LED repartido a lo largo y ancho de su fachada, cuya forma se inspira en un árbol llamado Banyan. Taichung es la tercera mayor ciudad de la República de China, se encuentra en el centro de la costa oeste de Taiwán.