El multimillonario Richard Branson, luego de haber puesto en marcha uno de los más ambiciosos proyectos espaciales privados de la mano de Virgin, está trabajando para ofrecer a sus adinerados clientes “vuelos submarinos”. Una nota, publicada en las ultimas horas en su página web, da cuenta que Branson acaba de poner a punto una especie de avión submarino llamado Necker Nymph. El aparato, basado en principios diferentes a los submarinos tradicionales, posee alas y ya puede alquilarse por unos 20.000 euros semanales. ¿Te apuntas para un paseo?
Una de las cosas más interesantes que uno puede hacer si dispone del dinero suficiente es conseguir trabajar en algo que le guste. Richard Branson parece haberlo conseguido: desde hace años vive con la adrenalina a tope mientras desarrolla los vehículos más increíbles. No hace mucho presentó el SpaceShipTwo, también conocido como SS2, que a partir del año próximo -previo pago de un boleto de 200 mil dólares- llevará al espacio a cualquiera que lo desee. La lista de espera para estos vuelos de dos horas y media, que sólo pasarán unos minutos en el espacio, es enorme. Tras haber conquistado el espacio y lejos de dormirse en los laureles, Branson se propone ahora ser el primero en comercializar viajes submarinos. El secreto para lograrlo es el Necker Nymph, una especie de avión que puede deslizarse por debajo del agua como si fuese un pez.
El aparato, según puede leerse en el sitio de Virgin, ya está a disposición de los interesados. Branson no vende la nave, sino que la alquila a quienes quieran experimentar la emoción de un viaje submarino completamente diferente. El Necker Nymph puede sumergirse hasta 40 metros de profundidad, y se desliza suavemente por el agua. Su principio de funcionamiento es diferente al de los gordos y grises submarinos que estamos acostumbrados a ver, y utiliza alas para desplazarse. Branson asegura que “el vuelo a bordo del Necker Nymph lleva la exploración submarino a otro nivel". Para comprobarlo solo hacen falta desembolsar aproximadamente 20.000 euros, suma que te permitirá utilizar la nave durante una semana. El aparato tiene capacidad para dos pasajeros y un piloto, y el viaje comienza con el Nymph deslizándose sobre las aguas como si fuese un avion que recorre una pista para despegar. Cuando alza la velocidad adecuada, en lugar de despegar se sumerge suavemente para comenzar la aventura.
El piloto opera la nave mediante una especie de joystick, con el que puede hacer giros de 360 grados, sumergirse o volver a la superficie. La autonomía del pequeño aparato es de unas dos horas, y Virgin garantiza que la visibilidad que permite la cabina de plexiglass es total. Si este verano estás aburrido y te sobran 20.000 euros, ya sabes en que los puedes gastar. Branson se hará un poco más rico, y tu podrás pasar una semana inolvidable.