La nueva placa de vídeo de Nvidia ha salido oficialmente al mercado, posee algo más de potencia que su antecesora, la 8800, pero por un precio mucho más accesible. Para tranquilidad de los poseedores de la línea 8800 el soporte para DirectX es el mismo ya que la arquitectura de la placa prácticamente no ha cambiado.
La nueva placa de Nvidia ha llegado al mercado con una potencia y precios muy interesantes. Si bien los cambios de arquitectura son casi inexistentes y el soporte a DirectX no ha cambiado, esta placa es muy interesante al precio al que fue lanzada. Sin pretender ser ninguna revolución, llega a posicionarse en el mercado como un buen producto para quienes poseían placas de la generación 7 y recién ahora están dando el salto a la "nueva generación" o al nuevo DirectX. Al precio al que salió al mercado, sería ligeramente más barata y más potente que sus antecesoras con la misma cantidad de memoria, lo que le permitiría también competir con la Radeon HD 3870 X2 ya que ésta placa logra un desempeño similar consumiendo menos energía, generando menos calor y costando menos.
Entre los agregados se encuentra la posibilidad de agregar más placas para trabajar en paralelo (SLI) y agregar todavía más potencia. En el gráfico se puede apreciar la diferencia entre tener 1, 2 o 3 placas para diferentes juegos, también podemos ver que el desempeño no escala linealmente, o sea que cada placa sucesiva que agregamos, agrega menos potencia. Entre sus características estándar están: 512MB de Ram GDDR3, 2 salidas DVI, salida HDMI (para TV de alta definición), el sistema de enfriamiento de 2 slots, conector de corriente de 6 pines y la necesidad de una conexión PCI express x16 (por cada placa de vídeo).
Finalmente el costo de una de estas maravillas es de 210 euros aproximadamente (notablemente menos que su antecesora cuando fue lanzada) y ya están disponibles versiones de diferentes fabricantes.