Nvidia anunció a la GTX Titan Z en marzo pasado. Después dejó que AMD se robe la atención de la prensa especializada con su Radeon R9 295X2. Ahora, ha llegado el momento de liberar a este leviatán tecnológico. En esencia, Nvidia tomó a dos GTX Titan Black y las colocó sobre un mismo PCB. De repente, se hace un poco más difícil respirar…
Por un lado, entiendo a los usuarios que consideran a todo esto como una exageración. Aún estamos muy lejos de convertir al 4K en un estándar de bajo costo, y la realidad virtual gana cada vez más terreno, con el Oculus Rift a la cabeza. Y por el otro, bueno… el hecho de que un jugador crea que no necesita una bestia así no ha detenido a Nvidia en su desarrollo, y probablemente nunca lo haga. Lógicamente, el gigante verde de Santa Clara no se guardó ni un solo adjetivo: De acuerdo a su visión, la GeForce GTX Titan Z es la placa más poderosa que jamás ha hecho, y la más rápida del planeta entre las configuraciones duales. La aventura de la tecnología Titan comenzó en febrero de 2013 a través de la placa original. Casi un año después, llegó a nosotros la versión optimizada, Titan Black. La GeForce GTX Titan Z duplica lo que por sí sola era una tarjeta gráfica escalofriante. Y sus números aterrorizan.
Vamos, acompáñame en el sufrimiento: 14.200 millones de transistores. 12 GB de RAM GDDR5, con 7 GHz de frecuencia. 5.760 procesadores Stream y 480 unidades de textura. Dos buses de 384 bits. Frecuencia del núcleo de 706 MHz, con un modo Boost que asciende a los 876 MHz, o sea, un overclocking cercano al 24 por ciento. Su configuración requiere tres bahías de alto (cuatro dentro de la carcasa), algo que parece una monstruosidad, pero inevitable una vez que conocemos a sus 375 vatios de TDP. Ahora, ¿qué es lo más perturbador de todo esto? Que a pesar de estos increíbles valores, existe la chance de que la GTX Titan Z deba pelear por cada milímetro como si fuera el último.
La razón no es otra más que su competencia directa, la Radeon R9 295X2. Aún si la solución de AMD está 5 o 10 por ciento por detrás en rendimiento, las drásticas diferencias de costos inclinan la balanza a favor de Sunnyvale. Claro que, Nvidia puede usar la carta del GPGPU, y en lo personal, debería hacerlo desde el comienzo. Quienes necesiten mover aplicaciones CUDA definitivamente van a ver con cierto cariño a la GTX Titan Z. Los jugadores son cada vez más eficientes, y a 3.000 dólares por unidad, la Titan Z pulveriza la economía de millones. Dejemos que la rueda gire, y que aparezcan los primeros benchmarks. Este nuevo round apenas comienza.
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