La curiosidad de los usuarios es inagotable, en especial cuando involucra a una pieza de hardware como la tarjeta gráfica GeForce GTX 970 de Nvidia. Algunos entusiastas se encontraron con la desagradable sorpresa de que la tarjeta reporta solamente 3.5 GB de RAM sobre los cuatro gigabytes que indican sus especificaciones. Con el rechazo de los usuarios y un poco de prensa negativa, Nvidia ha iniciado su control de daños, compartiendo múltiples detalles técnicos sobre su producto.
Siempre hay que manejar a las especificaciones de hardware con mucho cuidado. Un número equivocado puede dar impresiones erróneas sobre una tarjeta gráfica, un disco duro o un procesador. El usuario adquiere la pieza con esas especificaciones en mente, y una vez que la instala descubre la verdad por las malas. Algo así ha sucedido con la GeForce GTX 970. Su lanzamiento oficial fue en septiembre del año pasado, y presentó una serie de especificaciones que la colocan casi a la para de la GTX 980. Las únicas diferencias estaban en la cantidad de núcleos CUDA, las unidades de textura, la frecuencia del núcleo y el TDP. ¿Qué sucedió? Las especificaciones publicadas por Nvidia en ese entonces, estaban equivocadas.
Historia larga hecha corta: En vez de contar con 64 unidades de salida para renderizado (o ROPs), la GeForce GTX 970 tiene 56, los módulos de streaming Maxwell son 13 y no 16, y su caché L2 es en realidad de 1.75 megabytes. Si sólo se tratara de un error de imprenta no sería tan grave, pero la historia no termina allí. Varios usuarios han descubierto que la tarjeta gráfica reporta 3.5 GB de asignación VRAM en vez de la memoria completa, algo que no sucede con la GTX 980. Esto se debe a una segmentación de memoria, que separa a los primeros 3.5 GB en un campo de alta prioridad, y los 512 megabytes restantes en uno de baja prioridad. Al momento de publicar las especificaciones, el equipo de mercadotecnia ignoraba la capacidad de deshabilitar ROPs independientes. El error logró llegar hasta la revisión final del texto, pasó por la prensa especializada sin ser detectado, y escapó a todas las herramientas de identificación. Fueron necesarios cuatro meses para encontrarlo.
No es la primera vez que Nvidia ha aplicado segmentación de memoria en sus productos para administrar una cantidad limitada de recursos y la reutilización de chips defectuosos, y nunca antes se había vuelto tan mediático, lo que nos lleva al dilema de fondo: Acceder a esos 512 megabytes finales provoca una importante pérdida de rendimiento (28 gigabytes por segundo contra 192 del segmento principal). Todo se reduce a la manera en que el software utiliza la memoria de la tarjeta gráfica, pero hay muchos usuarios enojados, y otros decidieron presentar una petición en Change.org para que Nvidia habilite un mecanismo de reintegro destinado a quienes compraron la tarjeta. Este es el tipo de detalles que ensucian virtualmente a un producto. Se necesitarán nuevos benchmarks para establecer el verdadero impacto sobre el rendimiento, y aunque deberían ser muy pocas las ocasiones en que un juego demande los cuatro gigabytes de vídeo por completo y a velocidad total, el error no deja de ser responsabilidad de Nvidia, quien parece estar con un ojo morado.