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«Nunca Obsoleto»: La historia de los ordenadores eMachines

Revolución low-cost, marketing extremo, y la «magia de Internet»

eMachines

Los años ’90 crearon una verdadera tormenta de actividad para el mundo del hardware, pero los usuarios aún estaban obligados a pagar una fortuna para acceder a un ordenador. Por ejemplo, una familia debía invertir 3.000 dólares o más si quería un sistema decente, sin embargo, a fines de 1998 apareció una compañía que lo cambió todo… al menos por un tiempo. Se trata de eMachines, un proyecto proveniente de Corea del Sur que a través de agresivas campañas de publicidad y masivos descuentos, logró pelear con los titanes del mercado estadounidense en apenas seis meses…


La relación precio-rendimiento habla por sí sola en el mercado informático. Si estudiamos de cerca cuáles son los componentes más populares (las estadísticas de Steam presentan un buen punto de partida), no quedan dudas de que los usuarios tratan de exprimir cada centavo al máximo. Dicho eso, la constante búsqueda de ofertas atractivas y costos más bajos ha dado lugar a cosas bastante extrañas en el pasado. Una de ellas fue la expresión «Nunca Obsoleto», utilizada hasta el cansancio por la gente de eMachines. ¿De dónde salió esta compañía, y qué quería decir exactamente con «Nunca Obsoleto»?



La historia de eMachines se remonta a los años ’80 en Corea del Sur, donde la compañía TriGem Computer (una especie de alianza entre la TriGem original y Seiko Epson) y otro nombre local, Korea Data Systems (KDS), se convirtieron en los más relevantes de aquel país en materia de hardware. En 1998, ambas empresas decidieron unir fuerzas para explorar el complejo mercado internacional, y en septiembre de ese mismo año llegaron a los Estados Unidos con la marca eMachines.


«¡Navegación! ¡Email! ¡Inversiones! ¡Compras! ¡Chat! ¡Viajes! y más» Si no lleva signos de exclamación, no sirve

Tomando algunas ideas prestadas de gigantes como Dell y HP, eMachines inició su expansión con precios extremadamente agresivos, y en muchos casos ofreciendo sistemas a mitad de precio, ejerciendo gran presión sobre sus competidores. En su línea original, la configuración más cara no superaba los 600 dólares, aunque venía sin monitor. Esa era la parte de la ecuación en la que intervenía KDS, con descuentos en sus monitores si se los compraba junto a un ordenador eMachines. Sin embargo, la estrategia a largo plazo de la compañía tenía un elemento adicional: Internet.


«ORDENADOR GRATIS»

El potencial dueño de un nuevo sistema eMachines podía acceder a descuentos adicionales contratando un servicio de acceso a Internet por 20 dólares mensuales, pero eso no era todo: Ese contrato incluía acceso a la «Red eMachines», un programa que permitía a los usuarios actualizar el equipo a una versión más moderna cada 24 meses. En un principio, dicha actualización se ofrecía sin cargo, pero las etiquetas de eMachines en sus carcasas indicaban un pago extra de 99 dólares. Ese es el truco detrás del famoso «Nunca Obsoleto»: Un mecanismo para mejorar el ordenador cada dos años, siempre que se cumplan todas las condiciones.

Al principio, esto funcionó muy bien para eMachines. En apenas seis meses se instaló como cuarto jugador del mercado estadounidense, con el 9.9 por ciento. Un año después, eMachines se convirtió en una compañía pública, obteniendo unos 180 millones de dólares en el proceso… pero sus problemas ya habían comenzado. El bajo precio de sus ordenadores dejaba márgenes de ganancia muy limitados (4 por ciento), y también sufría su calidad, con escandalosas tasas de devolución. Como si eso fuera poco, en agosto de 1999 lanzaron el eOne, que esencialmente copiaba la apariencia del iMac Bondi Blue. Apple disparó sus misiles, eMachines debió llegar a un acuerdo, y retirar a su ordenador de las estanterías.


El eMachines eOne, presentado en el Museo de Ciencias de la Computación en Hauts-de-Seine como «Falsificación» (Clicsouris – CC BY-SA 3.0)

El resto es casi una película de horror, con la burbuja de las punto-com como actriz de reparto. eMachines terminó el año 2000 con un rojo de 219 millones de dólares. El cambio de CEO y el despido del 16 por ciento de su plantilla no fueron suficientes para evitar su salida de NASDAQ en mayo de 2001 (sus acciones valían 36 centavos). Aquí es cuando aparece John Hui (nombre real Lap Shun Hui), presidente de KDS y uno de los fundadores originales de eMachines. Hui volvió a comprar a la compañía (regresando a su estatus privado), y libre de la presión de los inversionistas, se enfocó en su reestructuración y optimización.

Con mejoras importantes en su servicio al cliente y un sistema de fabricación inspirado en las automotrices japonesas, eMachines logró estabilizar su posición y trabajar de cerca con cadenas al nivel de Best Buy. En diciembre de 2003, eMachines presentó a su ordenador T6000, el primero de producción general a nivel mundial con un procesador Athlon 64. La compañía cerró su año fiscal 2003 con 1.100 millones de dólares en ganancias. Las cosas habían cambiado por completo. ¿Qué sucedió?


No hay imágenes en HD del eMachines T6000, salvo por esta de una venta online. Fue el primero de producción general con un Athlon 64.

En una palabra: Gateway. A diferencia de lo que había sucedido con eMachines, Gateway estaba en llamas a fines de 2003, y su negocio de ordenadores era un desastre, eso sin mencionar varios problemas legales con la SEC estadounidense. Gateway llegó a un curioso acuerdo en el que compró eMachines con 50 millones de acciones y 30 millones de dólares en efectivo, pero varios ejecutivos de eMachines tomaron control de Gateway, incluyendo a su CEO, Wayne Inouye.

Esta relación se extendió hasta 2007, año en el que Acer compró el paquete Gateway/eMachines, pero en 2013, la marca eMachines fue retirada definitivamente. Gateway aún existe como una «segunda selección» de Acer, y por lo general, todo lo que queda de los ordenadores eMachines son sus carcasas, plagando centros de reciclaje o utilizadas en mods.



Escrito por Lisandro Pardo

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