Si bien consideramos que las capacidades actuales de almacenamiento de un ordenador pueden llegar a ser muy impresionantes, lo cierto es que la ciencia no deja de trabajar en la búsqueda de formas más eficientes de almacenar más información en dispositivos de menor tamaño. Este parece ser el descubrimiento de un grupo de científicos al dar con un material especial que podría permitir una capacidad de almacenaje cercana a un terabyte de datos, en algo tan pequeño como una uña. El material, una mezcla compleja de metal con cerámico, podría superar a los mejores ejemplos de tecnología basada en silicio que se conocen hasta la fecha.
Ya es algo bastante común tener algunos gigabytes de almacenamiento en algo que no es mucho más grande que un llavero, pero la tecnología que nos permitiría superar la barrera del terabyte manteniendo esas escalas, todavía se encuentra en fase experimental. Uno de los ejemplos más prometedores parece ser este nuevo material desarrollado por ingenieros de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, que en teoría podría almacenar hasta un terabyte de datos en un tamaño tan pequeño como el de la uña de un dedo humano. Lo más sorprendente sobre este material es que el almacenamiento de información no sería el único campo en el que podría representar un avance radical, sino también en la eficiencia de los motores de combustión interna, y en la reducción de calor generada por los semiconductores.
El material fue creado a partir de un procedimiento conocido como "dopaje selectivo". En electrónica, el dopaje consiste en la introducción de impurezas en un semiconductor para alterar su comportamiento. Trabajando a escala nanométrica, los ingenieros han logrado introducir impurezas de níquel en óxido de magnesio. El resultado son pequeños grupos de níquel de un tamaño no superior a diez nanómetros cuadrados. Esto representa una reducción de tamaño de un 90 por ciento en comparación con las técnicas actuales. Los ingenieros utilizaron el ejemplo de que, con esta técnica, un chip que normalmente almacenaría 20 gigabytes, podría multiplicar su capacidad por 50 si fue hecho de este material especial.
Básicamente, este nuevo proceso inyecta propiedades metálicas a un cerámico, lo que abre la puerta a otras aplicaciones además del almacenamiento de datos. Se han teorizado "motores cerámicos" que podrían soportar el doble de temperatura de los motores actuales, llevando su rendimiento hasta niveles cercanos a los 34 kilómetros por litro, un nivel que ni siquiera los coches híbridos más avanzados pueden alcanzar en la actualidad. Como si eso fuera poco, también se habla de mejoras en la conductividad térmica del material, algo que sería muy valioso en la recolección de energía solar, y también de avances en la espintrónica, una tecnología que aprovecha el espín de los electrones para obtener energía. Hasta aquí, este material suena como algo casi mágico, pero todo indica que habrá que esperar un buen tiempo para que alcance una etapa lo suficientemente avanzada como para considerar una aplicación comercial.