Un investigador de la Universidad de Duke ha puesto a punto un interesante sistema para independizar nuestro hogar de la empresa proveedora de energía eléctrica: un sistema híbrido capaz de aprovechar la luz solar tanto para generar electricidad como para producir hidrógeno. Durante el día la vivienda utiliza la energía eléctrica producida por los paneles solares, y cuando llega la noche, un sistema generador utiliza el hidrógeno producido como combustible para que todos tus cacharros sigan funcionando sin problemas. En conjunto, el sistema de Duke posee una eficiencia energética promedio del 23%, un valor mucho mejor que el 10% que típicamente poseen los sistemas fotovoltaicos convencionales.
Las aplicaciones prácticas de las energías limpias recién están comenzando a popularizarse. A pesar de que un lector desprevenido, al ver la gran cantidad de texto que se escribe cada día sobre sistemas generadores de energía eléctrica a partir del viento o la radiación solar, podría asumir que buena parte de la energía que consumimos proviene de esas fuentes, lo cierto es que solo en un puñado de países el porcentaje de energía que se produce a partir de estos sistemas limpios supera el 4% o 5% del total. España es uno de los pocos integrantes de ese grupo. La enorme mayoría de la electricidad todavía se genera a partir de la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, en los últimos tiempos se han presentado proyectos que, de encontrar el apoyo económico y político necesario, tienen el potencial de cambiar este panorama. Uno de ellos es el sistema puesto a punto en la Universidad de Duke por el ingeniero Nico Hotz.
Hotz ha hecho realidad una idea que seguramente mucha gente ha tenido antes: aprovechar las horas de sol para generar energía en exceso, y acopiar lo que no se utilizar para proveer de electricidad los artefactos del hogar durante la noche. Esto se ha implementado de muchas maneras, siendo la más simple utilizar baterías. Pero el problema que suelen tener esta clase de sistemas es la poca eficiencia general. Este ingeniero ha conseguido mejorar el rendimiento de su sistema utilizando además la luz del Sol para calentar una solución de agua y metanol que circula por una serie de tubos de vidrio. Ese calor, luego de dos reacciones catalíticas, produce hidrógeno que puede almacenarse en pilas de combustible y utilizarse cuando los paneles fotovoltaicos no están operativos.
“Este sistema híbrido es capaz de alcanzar una eficiencia energética del 28,5 por ciento en el verano y del 18,5 por ciento en el invierno, resultando muy superior al entre 5 y 15 por ciento que de los sistemas convencionales logran en el verano, y al 2,5 por ciento al 5 que consiguen en invierno“, dice Hotz. El ingeniero explica que al realizar un exhaustivo análisis de los costes implicados en la implementación de sus sistema, “se encontró que este generador híbrido solar-metanol es la solución menos costosa, siendo los costos de instalación total de unos 5.500 euros”. Esto es bastante más dinero del que gastaríamos si simplemente compramos un generador convencional alimentado con combustibles fósiles, pero tiene la ventaja de que no contamina el medio ambiente y que no hay que gastar dinero extra en combustible todos los días. El proyecto de la Universidad de Duke fue presentado en la conferencia ASME Energy Sustainability Fuel Cell 2011, que reúne al sector de la investigación en el campo de las pilas de combustibles y que se realizó días atrás en Washington. Si bien se trata de un sistema experimental, su costo y eficiencia podrían convertirlo en un producto comercial dentro de un par de años.