Un comité de expertos ha declarado que la vida extraterrestre podría ser muy abundante, pero tan extraña que no somos capaces de reconocerla. El abocarnos a la búsqueda de vida basada en carbono podría conducirnos a un callejón sin salida.
Quizás sea un error el buscar vida siguiendo “la ruta del agua”, es decir, vida como la terrestre, basada en agua, carbono y ADN. Desde la National Academy of Sciences de los Estados Undios advierten que “concentrarnos en formas de vida de alguna manera similares a la que conocemos pude conducirnos al fracaso”.
Juan Baross, profesor de oceanografía en la universidad de Washington en Seattle, que preside el mencionado comité agrega que “el propósito de este informe es promover la búsqueda de vida en otros planetas y lunas con la mente más abierta, para no pasar por alto ciertas formas de vida no tan obvias.”
El panel de bioquímicos, científicos planetarios, genetistas y otros expertos consultado por la agencia espacial de los E.E.U.U. consideró todas las formas posibles en que la vida puede presentarse y existir.
Descubrimientos recientes, como unos organismos llamados “extremophiles”, que viven en sitios con condiciones de calor, frío y obscuridad que en general se cree que son incompatibles con la vida, están cambiando las viejas ideas de cómo debe ser el lugar donde la vida puede sobrevivir.
Baross también reveló que en algunos experimentos de laboratorio se ha demostrado que el agua no tiene por qué ser necesariamente la base de la vida. Puede ser que un organismo utilice el metano, el etano, el amoníaco o aún productos químicos más extraños en lugar de agua, y sin embargo estar “vivo”.
Es por ello que reclaman que el enfoque que emplea la NASA en la búsqueda de la vida sea más amplio. En la actualidad, los telescopios buscan las “firmas espectrales” de planetas que dispongan de agua en estado liquido sobre su superficie. Los robots en Marte también se concentran en la búsqueda de evidencias de que existe o existió agua en el planeta.
Sugirieron que la NASA prepare misiones a algunos de los lugares más prometedores de nuestro propio Sistema Solar, que podrían tener alguna forma de vida extraña, tales como Titán (una luna de Saturno) y el nublado planeta Venus.