¿A qué frecuencia trabaja el procesador de tu ordenador, o el router WiFi que usas? Dependiendo del modelo, el formato y la arquitectura, el número puede variar mucho, pero nuestros amigos de DARPA han pulverizado todos los récords con su nuevo circuito amplificador de estado sólido, que alcanzó la escalofriante frecuencia de un terahertz, o un billón de ciclos (de los nuestros) por segundo.
Aproximadamente veinte años atrás, tomar a un procesador Pentium 100 y modificar la configuración de la placa base para aplicar un poco de overclocking y llevarlo a los 120 MHz nos daba una enorme satisfacción. Hoy, esa práctica ha alcanzado un nivel completamente diferente, e incluso podríamos decir que algunos profesionales la han transformado en un deporte. Que un procesador de escritorio trabaje a una frecuencia de 3 o 4 gigahertz es una clara demostración del salto evolutivo que ha registrado el hardware en los últimos años. Sin embargo, si salimos de los procesadores, esos números palidecen frente a algunos desarrollos experimentales en el terreno de las comunicaciones. En julio de 2012, la gente de Northrop Grumman (bombardero B-2, caza F-5, etc.) realizó una prueba con un receptor integrado operando a una frecuencia de 850 gigahertz. Recientemente, la misma compañía ha hecho añicos a ese récord de frecuencia, con un flamante circuito amplificador de un terahertz, o un billón de ciclos por segundo.
El término oficial para este desarrollo es TMIC (Terahertz Monolithic Integrated Circuit), que se lleva a cabo bajo el programa Terahertz Electronics, financiado por DARPA. El anuncio oficial explica que la llamada “barrera del terahertz” ha sido una nuez bastante dura de romper debido a la ausencia de métodos efectivos para generar, detectar, procesar e irradiar las señales de alta frecuencia necesarias. A esto hay que sumar las dificultades en el proceso de miniaturización, pero Northrop Grumman ha hecho un trabajo formidable en ese aspecto, y las “obleas” equivalen a la mitad del ancho de un cabello humano. El TMIC registra una ganancia de nueve decibelios a 1 terahertz, y de ocho decibelios a 1.03 terahertz.
¿Qué se puede lograr con esto? Bueno, ¿por dónde empezar? La velocidad es un buen punto de partida. El administrador del programa Terahertz Electronics en Northrop Grumman Bill Deal ha dicho que pasar de los cinco o seis gigahertz en los que opera una red inalámbrica actual a una frecuenta de un terahertz, sería como saltar de una velocidad de conducción normal a unos 51.000 kilómetros por hora. Imágenes de alta resolución, espectrómetros avanzados, sistemas de radares anti-colisión mucho más elaborados, mejores transmisiones espaciales, y por supuesto una mejora casi revolucionaria en las redes modernas de comunicación son apenas un puñado de las cosas que esta tecnología podría optimizar. Como siempre, habrá que esperar un rato para ver esto en el ámbito civil, pero el mensaje es claro: Las altas frecuencias ya no son algo imposible.