Aprender un idioma nuevo es todo un desafío para cualquier persona, pero ya es suficientemente difícil reconocer un lenguaje solamente con el oído. ¿Qué puede ser más complicado? Que no se pueda oír a la persona en cuestión, y lo único que tengamos como referencia sean los movimientos de su cara que realiza al formar las palabras. Aún así, un grupo de investigadores ha desarrollado un ordenador capaz de leer los labios e interpretar los gestos, lo cual le permite descubrir qué idioma habla una persona, aún sin una fuente sonora como referencia.
La tecnología para desarrollar ordenadores que leen los labios y analizan vídeos ya existe desde hace un tiempo, pero este es el primer caso en el que un ordenador tiene la capacidad de diferenciar un lenguaje de otro. Según sus creadores, el sistema puede identificar el idioma que está siendo hablado con un gran nivel de precisión, aunque no se han revelado números específicos. El modelo para este sistema se tomó a partir de las expresiones y movimientos de 23 personas con dominio de dos y tres idiomas. Entre los idiomas detectables están algunos muy obvios como el inglés, el francés y el alemán, pero este sistema puede detectar otros considerados más complejos como el mandarían, el cantonés y el árabe.
La combinación del movimiento de lengua, labios y mandíbula es lo que le permite al sistema identificar el idioma con precisión, detectando y registrando secuencias de movimiento específicas y contracciones del rostro. En cuanto a los beneficios que podría entregar este sistema, es lógico asumir que será aprovechado por diferentes fuerzas de seguridad y militares, pero esto también posee un gran valor para aquellas personas que sufren problemas de audición.
Detección de gestos y reconocimiento de idiomas son dos cosas que pueden llegar a tener una importancia muy grande en el futuro, pero no olvidamos que la última barrera a romper por los científicos e investigadores es el de la traducción dinámica y casi simultánea. Hemos visto algo parecido en un vídeo que publicó Microsoft imaginando lo que será la tecnología dentro de diez años, pero todavía queda un buen tramo por recorrer.
