Un equipo de científicos integrado por especialistas británicos y chinos han desarrollado un material poroso que es capaz de reducir las perjudiciales emisiones de dióxido de carbono (CO2) hasta en un noventa por ciento. El material, denominado NOTT-300, es un compuesto basado en nitrato de aluminio, materiales orgánicos y agua, cuyo costo de fabricación es relativamente bajo. El CO2 queda atrapado dentro de la estructura del nuevo material, que una vez saturado se puede almacenar en forma de bloques sólidos.
No hay dudas que existe una relación directa entre la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que llega a la atmósfera y la temperatura de nuestro planeta. Si bien existen algunas controversias sobre el origen de estas emisiones -algunos creen que tienen un origen natural, otros que el responsable es el hombre- no hay dudas que si la concentración de CO2 en la atmósfera sigue subiendo la Tierra se convertirá tarde o temprano en un sitio bastante parecido a Venus. En varios laboratorios alrededor del mundo se encuentran equipos de científicos que trabajan en la búsqueda de sistemas que permitan disminuir la cantidad de CO2 que la industria y nuestros medios de transporte inyectan en el medio ambiente. Uno de ellos, integrado por profesionales de las Universidades de Oxford (Reino Unido) y Pekín (China) han presentado un material denominado NOTT-300 que parece ser capaz de atrapar en su porosa estructura hasta el noventa por ciento del dióxido de carbono que lo atraviesa.
El NOTT-300 es un material complejo, en cuya composición intervienen el nitrato de aluminio, algunos materiales orgánicos y agua. Su coste de fabricación es lo suficientemente bajo como para que sea posible integrarlo en diferentes máquinas como filtros descartables. Pero lo hace de este material algo único es su capacidad de atrapar hasta el 90% del CO2 sin utilizar para ello grandes cantidades de energía. Una vez utilizado, el NOTT-300 -que en condiciones de laboratorio ha conseguido atrapar prácticamente el 100% del CO2 incidente- se puede almacenar en forma sólida. Aún hay que realizar pruebas de campo y comprobar que funciona tan bien como parece, pero todo indica que el NOTT-300 tiene un gran futuro. Obviamente, aunque un material como este puede ayudarnos a detener el calentamiento de nuestro planeta, de ninguna manera podemos apostar a su efectividad y seguir manteniendo en marcha industrias altamente contaminantes. Además, esto hay que decirlo, el CO2 no es el único gas con este tipo de efecto colateral, por lo que si bien el desarrollo del NOTT-300 es una excelente noticia, no debemos relajarnos y creer que el problema del calentamiento global ya está resuelto.