… parece mentira, ¿no es cierto? Se suponía que el siglo XXI nos iba a dar tranquilidad y una mayor cantidad de tiempo para nosotros, pero está sucediendo exactamente lo contrario. La ansiedad nos come vivos, y si hay un desorden que se destaca sobre el resto, es el insomnio. Con el paso del tiempo hemos escuchado docenas de recomendaciones para dormir más/mejor, y una de las últimas en sumarse a nuestra lista es contar desde el número 300 hacia atrás, en bloques de tres.
Pasar una noche desvelado de vez en cuando no es nada raro, pero si Morfeo decide tomarse unas vacaciones más largas de lo normal, estamos en apuros. La ciencia nos dice que el término insomnio se aplica a los inconvenientes para conciliar el sueño, o el hecho de despertarse durante la noche. Al insomnio se lo considera crónico una vez que cruza el umbral de las cuatro semanas, y la sensación es, bueno… absolutamente horrible. Imaginen a una persona a punto de quedarse dormida parada, sentada, trabajando, viajando, cocinando, en el baño, y un largo etcétera, sólo para terminar como búho una vez que se mete en la cama. Los problemas asociados al insomnio han sido materia de estudio entre miles de profesionales alrededor del globo, y uno de ellos es el doctor Michael Breus de la American Academy of Sleep Medicine.
Una de las primeras cosas que indica el doctor Breus es que, a diferencia de sus colegas, él piensa que no hay ningún problema en quedarse dormido con el televisor encendido. Esto se debe a que el sonido del televisor (y no la imagen) genera una distracción adecuada para no pensar en esas cosas que causan ansiedad antes de dormir. Una de sus sugerencias ya la habíamos escuchado antes, y es la creación de diarios de «agradecimiento» y «preocupación». Tal y como lo indica su nombre, en el diario de agradecimiento debemos anotar todo aquello por lo que estamos agradecidos antes de ir a dormir. En cambio, el diario de preocupación debe ser llenado con un anticipo de dos horas. Se divide la hoja en dos, en una columna colocamos aquello que nos preocupa, y en la otra una posible solución. No tiene que ser nada muy elaborado, sino más bien una idea de qué podríamos hacer.
Si la creación de dos diarios no es una opción viable, lo que propone el doctor Breus es una variante del conteo de ovejas: Comenzamos con el número 300, y vamos hacia atrás en bloques de tres. La teoría es que el proceso resulta ser lo suficientemente complicado y aburrido como para caer dormido en tiempo récord. ¿Acaso funciona? Supongo que sólo hay una manera de averiguarlo…