El año era 1994. La Super Nintendo llevaba poco menos de cuatro años en el mercado, y con una excelente selección de juegos a su favor, se convirtió en la consola más vendida de su generación. Sin embargo, Nintendo publicó la patente de un «aparato de edición» llamado Nintendo Game Processor. Al analizar esa patente y su relación con la consola, descubrimos un ordenador especialmente preparado para que el usuario desarrolle sus propios juegos de Super Nintendo con programación visual, y los guarde en un cartucho compatible…
La Super Nintendo debutó en territorio japonés el 21 de noviembre de 1990. La versión estadounidense llegó a las estanterías en agosto de 1991, con Super Mario World, F-Zero, Pilotwings, Gradius III y SimCity formando la primera línea de videojuegos. La competencia fue muy dura (después de todo, Sega no se quedó de brazos cruzados con la Genesis / Mega Drive), pero casi 50 millones de consolas hablan por sí solas. Había razones de sobra para expandir el desarrollo de la Super Nintendo, y las mentes maestras en Japón exploraron esa posibilidad con un proyecto que no todos conocen: Nintendo Game Processor.
Nintendo Game Processor: Un ordenador para hacer juegos de SNES
La idea era que el usuario / jugador tuviera a su alcance los recursos para crear nuevos títulos de Super Nintendo en forma visual, sin escribir código. El diagrama de su patente US6115036A nos enseña un equipo con cuatro puertos, dos para gamepads de SNES, y el resto para el teclado y el ratón, con una ranura de cartuchos en la parte superior. Además de periféricos básicos y televisores, el sistema también era compatible con módems, unidades de discos floppy, y hasta tarjetas de identificación.
Sin embargo, la historia no termina allí. La descripción de la patente indica que el CPU principal y el CPU para juegos cooperan en la ejecución y el proceso editorial. El procesador principal genera una imagen de edición superpuesta sobre la pantalla del juego, ejecutado con hardware dedicado. Desde cierto punto de vista, la patente habla de dos sistemas en uno.
¿Qué sabemos sobre el software? No demasiado, pero las imágenes asociadas revelan una plataforma avanzada e intuitiva, llamada Mario Factory. Acciones programadas, sonidos, dirección y construcción de sprites, animación, música… todo eso y mucho más parece estar al alcance de Mario Factory, que para ser honestos, nos recuerda al Super Mario Maker.
Una vez terminados, los juegos son guardados en un Game Processor RAM Cassette, un cartucho especial con cuatro chips de memoria SRAM y una batería CR2025. Este detalle sugiere que su contenido desaparece cuando se agota la batería, pero algunos entusiastas han logrado obtener al menos un dump parcial de cartuchos existentes.
Entonces, si los cartuchos son reales, ¿dónde está el resto del equipo? Lamentablemente, no lo sabemos. Tampoco hay copias de Mario Factory, y la referencia principal sigue siendo el contenido de la patente. Nuestro deseo es que un prototipo del Nintendo Game Processor esté juntando polvo en algún lugar, esperando a ser descubierto para resolver el misterio. Ya ha sucedido antes.
Fuente: The Lunduke Journal of Technology