La ciencia médica se está encargando de alimentar nuestra imaginación para el futuro próximo a la hora de convertirnos en Terminator. De la mano de la siempre sorprendente DARPA nos llega una vía de investigación sobre la posibilidad de conectar miembros protésicos a nuestro cerebro usando haces de fibra óptica. Con este invento, las personas implantadas tendrían incluso la capacidad de sentir presión o temperatura en dichos miembros. Todo un campo por explorar que puede traer grandes mejoras en la calidad de vida de los pacientes afectados por amputaciones o enfermedades neurológicas.
La Agencia de Investigación del Departamento de Defensa de Estados Unidos, o DARPA, como habitualmente se la conoce, ya nos tiene acostumbrados a los proyectos más estrafalarios y a la investigación en tecnologías futuristas que para sí quisiera Isaac Asimov. Se les podrá reprochar su carácter militar pero no se puede negar que son el Julio Verne de nuestro siglo. Con la intención de reparar los daños causados a los soldados americanos que han participado en las sucesivas guerras modernas (Irak y Afganistán) los directivos de DARPA han invertido 5.6 millones de dólares en la Southern Methodist University (SMU), para crear un centro de investigación dedicado al estudio de las extremidades prostéticas. Lo han bautizado como el "SMU Neurophotonics research center” y se espera que consiga dotar a las prótesis mecánicas de “nervios” artificiales para conectar con el cerebro directamente. El proyecto estará dirigido por Marc Christensen, ingeniero de la escuela de ingeniería de la SMU.
La estrella que acapara los estudios que llevará a cabo este centro de investigación neurofotónico será la fibra óptica. Considerada uno de los grandes inventos del siglo, este tipo de vía de comunicación basada en la conducción de la luz, no sólo da soporte a los increíbles avances en informática y electrónica de nuestra era sino que también pretenden convertirla en el concepto base sobre el que desarrollar unos nervios artificiales para conectar las prótesis directamente al cerebro. Además, esto será solo el principio, pues pretenden controlar el dolor, los temblores o incluso reparar los daños en la médula espinal de las personas que hayan sufrido accidentes paralizantes. El proyecto se llamará CIPhER (Centers in Integrated Photonics Engineering Research) y se supone que servirá para aliviar las penurias de cientos de soldados que han quedado incapacitados por culpa de la guerra.
La fibra óptica no presenta los problemas de rechazo que suelen suceder en los cables metálicos que se utilizan actualmente para imitar a los nervios orgánicos. Estos enlaces serán totalmente compatibles con el tejido vivo y permitirán una integración perfecta con el cuerpo. Además, estas nuevas vías de comunicación interna, permitirán sentir el calor y la presión, del mismo modo que lo hacen las terminaciones nerviosas orgánicas. Incluso se piensa en conectar el nervio óptico con este tipo de tecnología para que la integración sensitiva sea total y completa. Se crearán nuevas interfaces cerebrales que no existen nada más que en la imaginación de los escritores de ciencia-ficción. Hay que recordar que apenas están empezando y que los logros tardarán años en llegar, pero la primera piedra ya está puesta. La edad de los Terminator biónicos se acerca peligrosamente.