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NeoTeo #26: Drogas y psicodelia de ordenador

¿Cómo resumir todo lo que sucedió el mes pasado en NeoTeo? Algunos creerían que es imposible. Fácil no fue, eso te lo podemos asegurar. Pero hemos hecho nuestro mejor esfuerzo y, se podría decir, lo hemos logrado. La edición #26 de la revista rebosa de información. Tiene de todo, para todos los gustos. Pero, probablemente, no leas demasiado. Es que vas a estar demasiado drogado como para entender nada. Si la descargas, cosa que recomendamos, ¡que no se entere tu madre!

¡Una edición sin ningún tipo de corrección política! Si los hongos psicodélicos no son evidencia suficiente, solo debes descargarla. Dentro encontrarás más de 14 páginas para drogarte con tu ordenador (o, al menos, intentarlo).   EDITORIAL Tomás, para quien no lo conozca, es un colaborador relativamente nuevo en NeoTeo. Es un chico muy talentoso, con mucho camino por delante, pero tiene un defecto fatal: todavía es un adolescente. Como tal, y como la palabra lo indica, adolece todo (TODO) el maldito tiempo. No se lo puede culpar, es la edad adecuada para hacerlo. Al principio tratamos de ser compresivos, nosotros pasamos por lo mismo: la voz no le ha terminado de cambiar, los primeros vellos asoman por su pecho virginal, las hormonas rugen en su interior y, como sucede con la mayoría de los jóvenes actuales, le está siendo muy difícil encontrar su lugar en el mundo. En NeoTeo somos buena gente (la mayor parte del tiempo), pero tanto dilema existencial (tan propio de los “chicos de hoy”), todos los santos días, terminó por cansarnos. Teniendo el alma caritativa que tenemos, hicimos lo que creíamos mejor: lo enviamos a consumir drogas. Drogas virtuales, claro. De esas que, supuestamente, por medio de frecuencias cerebrales, cambios rápidos de luces y sonidos extraños, prometen regalar visiones e iluminar con sabiduría y conocimiento a todo aquel que las “consuma” mediante un ordenador. Pueden llamarlo “amor duro”, pero parece que la cosa funcionó. Tomás ahora anda más callado, menos pesaroso y con una mirada perdida que siempre apunta hacia el infinito. En realidad, puede que se le haya fritado el cerebro con tanta cosa rara que vio y escuchó. Pero, para no sentirnos culpables, preferimos pensar que ha alcanzado un plano superior de consciencia, que ve más allá que nosotros, simples mortales, y que lo logró gracias a nuestra desinteresada ayuda. ¡Somos héroes! Por suerte, antes de acabar catatónico, Tomás documentó todas sus vivencias. Y de eso se trata la revista del mes de octubre, de drogas virtuales: sonidos binaurales, parpadeos estroboscópicos, hipnotismo virtual, máquinas alucinógenas y mejora cognitiva. Lo usual, bah.

Como si dejar a Tomás sin libre albedrío fuera poco, podrás encontrar información sobre los avances en la conquista espacial, lo que podemos esperar de las guerras del futuro y el inminente apocalipsis que todos anuncian (y nunca llega). Todo junto con desquiciantes reflexiones, las nuevas tecnologías puestas al servicio del cine y la TV del futuro y más de 10 maneras para ayudar al mundo (para que no apeste tanto). Tampoco se quedaron afuera las noticias destacadas del mes, los mejores informes especiales y muchos datos curiosos (de esos que no sirven, pero que está bueno saberlos). Realmente, no queda mucho para agregar. Si te animas, y tu mamá te deja, descárgala. Lo que hagas con ella es tu responsabilidad, que quede claro. Si sales corriendo desnudo por la calle, al grito de “¡SOY EL AMO DEL UNIVERSO!“, no nos hacemos responsables (¡pero sí que nos gustaría una fotografía!).

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