Entusiasmados por el éxito de la sonda Phoenix Mars Lander, los ingenieros de la NASA no quieren dejar pasar la oportunidad de enviar otra misión al planeta rojo. Es que cuando uno tiene un logro de esa magnitud en su haber, le resulta mucho más fácil conseguir los fondos para un nuevo proyecto. En este caso, se estudiaría la atmósfera marciana mediante MAVEN, una sonda robot de 485 millones de dólares.
La sonda Phoenix Mars Lander ha resuelto el dilema de si existe o no agua en Marte. Ya sabemos que, de tomar la decisión de instalar algún tipo de base permanente en el planeta rojo, los pioneros no necesitarán arrastrar a través de millones de kilómetros toneladas de agua potable. Pero Marte aun conserva muchos misterios que deben develarse antes de siquiera planificar en detalle una misión de este tipo. Y uno de los más importantes se refiere a la composición exacta de su atmósfera.
A pesar de los anuncios de eminentes viajes y misiones a Marte por las agencias espaciales de varios países, la única que puede exhibir resultados concretos, hoy por hoy, es la NASA. A pesar de los recortes presupuestarios a la que ha sido sometida en los últimos años, seguramente por que al estado norteamericano mantener un conflicto armado permanente le resulta muy caro, la agencia espacial ha obtenido resultados asombrosos. Y eso le permite obtener algún que otro dinero para proseguir con las investigaciones fuera de nuestro planeta.
En este caso, la sonda robótica encargada de realizar el viaje se llamará MAVEN (por Mars Atmosphere and Volatile Evolution), y tendrá como misión estudiar en detalle la atmósfera marciana, la historia de su clima y, sobre todo, determinar la potencial habitabilidad del planeta. Para este proyecto la NASA dispone de un presupuesto de 485 millones de dólares y se prevé su lanzamiento para finales del 2013.
MAVEN resulto elegida de entre las 20 propuestas de investigación enviadas en respuesta al Anuncio de Oportunidades de la NASA de agosto de 2006. Al momento de seleccionarla, se tuvo en cuenta su gran valor científico y su bajo riesgo de implementación. Está claro que la NASA pretende seguir cosechando éxitos, y no quiere arriesgarse a fracasar con una misión demasiado compleja y ambiciosa.
"Esta misión proporcionará las primeras medidas directas jamás tomadas para responder cuestiones científicas clave sobre la evolución de Marte", explica el director del Programa de Exploración de Marte de la NASA, Doug McCuistion. Y agrega: "la pérdida de la atmósfera marciana es todavía un misterio, que MAVEN ayudará a resolver".
Es que Marte, hace millones de años, poseía una densa atmósfera que permitía, entre otras cosas, la existencia de agua en estado líquido en la superficie. Como consecuencia de un cambio climático dramático y desconocido, la mayor parte de la atmósfera marciana desapareció. MAVEN intentará develar el misterio y, posiblemente, enseñarnos qué debemos hacer para que no nos ocurra lo mismo en la tierra.
Para poner a punto la sonda la NASA cuenta con la colaboración de la Universidad de Colorado, del Centro Espacial Goddard de la NASA y del contratista Lockheed Martin. Este último formó parte del equipo de desarrollo de las misiones Reconnaisance Orbiter y Odyssey.
MAVEN llegará a la atmósfera marciana en 2014, y mediante el uso de su sistema de propulsión establecerá una órbita elíptica alrededor del planeta. Se mantendrá a una distancia de 150 a 6000 kilómetros de Marte, mientras los ocho instrumentos científicos previstos se dedican a efectuar mediciones durante medio año marciano (todo un año terrestre). Cumplido ese plazo, MAVEN descenderá a sólo 120 kilómetros de la superficie para realizar las ultimas mediciones de la parte alta de la atmósfera.