El martes pasado se fue uno de esos titanes que a través de su trabajo estableció las reglas fundamentales de la informática moderna. Hoy tenemos cosas como hipertexto, procesamiento de palabras, videoconferencias y editores colaborativos, y su nombre está asociado a todos ellos. Pero Douglas Engelbart creó algo que fue más allá de lo que se esperaba lograr en aquel entonces, dejando atrás las críticas de empresarios tercos y usuarios escépticos. Probablemente tengas ese “algo” en tu mano en este mismo momento. El inventor del ratón falleció a los 88 años, y el mundo tecnológico llora su partida.
Tal vez su nombre no haya sido tan “mediático” como el de otros. Tal vez algunas personas se estén enterando hoy de la clase de persona que fue, y del trabajo que realizó. Su mayor exposición llegó a través de ese pequeño accesorio con dos botones y una rueda que usas todos los días frente al ordenador. Para algunos es el ratón, y para otros su versión en inglés, mouse. Mientras escribo estas líneas, modifico la posición del cursor con la intención de corregir un error, y eso sólo me demanda un leve movimiento, seguido de un clic. En lo personal, he tenido el privilegio de ver al ratón ganarse un lugar definitivo en los ordenadores de consumo general. El avance de las interfaces gráficas fue un elemento clave para ello, pero el ratón también inspiró a otros dispositivos, como por ejemplo el touchpad.
Aún así, Douglas Engelbart hizo mucho más que el ratón. Esto quedó comprobado para siempre con una demostración tecnológica que realizó el 9 de diciembre de 1968. El mundo tecnológico terminó bautizando a esa presentación como “La Madre de Todas las Demos”, y allí se vio por primera vez al ratón, al procesador de textos, los conceptos de videoconferencia y teleconferencia, el direccionamiento de objetos, y nada menos que el hipertexto, una tecnología que se convirtió en parte del ADN de la Web. Casi tan impresionante como la demo fue su reporte llamado “Aumentando el Intelecto Humano” de 1962, que por suerte, está disponible para todos en su página oficial. Allí habla sobre una “máquina de escritura” con un nuevo proceso para componer texto, crear borradores basados en segmentos de trabajos previos, y mantener la capacidad de ingresar nuevas palabras o pasajes. Imagino que ya tienen una idea sobre qué está describiendo.
El doctor Douglas C. Engelbart nos dejó el pasado martes, a la edad de 88 años. Falleció en su hogar, y su esposa Karen anunció que la causa de la muerte fue un fallo renal. Veterano de la Segunda Guerra, Engelbart asumió su rol como técnico de radio en las Filipinas durante el conflicto armado. Tras su ingreso al Instituto de Investigación de Stanford (ahora SRI International) trabajó en dispositivos magnéticos y miniaturización. Allí obtuvo más de una docena de patentes, y eventualmente desarrolló el documento que mencionamos antes. No hay absolutamente ninguna duda sobre su invención del ratón: La patente fue presentada en 1967, y otorgada tres años después. Un visionario que supo desde el comienzo que los ordenadores tendrían un impacto fundamental en nuestra sociedad. Un hombre que desde todo punto de vista, apostó al futuro y ganó. Hasta siempre, doctor Engelbart. Estamos en deuda.