Mientras que hoy en día los piratas son parte del pasado, todavía hay varios de ellos navegando por los mares y causando todo tipo de caos. Afortunadamente parece que se ha encontrado una solución no letal y muy efectiva. Al conectar un dispositivo acústico de largo alcance a un simple reproductor de MP3, los barcos pueden enviar ráfagas sónicas de hasta 155 decibeles, capaces de inducir dolores insoportables y producir problemas auditivos permanentes. El MP3 de Hello Kitty nunca fue tan letal.
Para quien no esté enterado, en algunas partes del mundo los piratas siguen navegando los mares y aterrorizando a quienes puedan, solo que ahora es sin pericos ni patas de palo. Las compañías que se encargan de transportar mercadería mediante vía marítima se han encontrado con ellos en más de una ocasión y han sufrido de sus ataques. Recientemente la atención se ha posado en las costas de África, por un ataque a un barco árabe.
Sin embargo, parece que ya hay una solución para el problema de los piratas y viene en el aparato tecnológico menos esperado… un reproductor de MP3. Claro que éste pequeño aparatillo solo es un poco inútil. Pero todo cambia si es conectado a un dispositivo acústico de largo alcance (LRAD), que puede emitir todo tipo de sonidos, desde mensajes de advertencia, ruidos y sirenas. Lo más curioso es que la eficacia de este sistema se debe al volumen del aparato, que puede ser subido a niveles intolerables para el oído humano.
La empresa Anti-Piracy Maritime Security Solutions ha estado con mucho trabajo en estos últimos tiempos, ya que el problema de la piratería está en aumento. Al contratar este servicio, los antipiratas ingleses proveen a sus clientes de grupos compuestos por ex-militares y barcos con LRDA. Según Nick Davis, este sistema es muy efectivo a 1.000 metros de distancia y si llegas a estar a 100 o 200 metros del aparato a la máxima potencia, el dolor es simplemente insoportable, al punto de procurarte problemas auditivos permanentes.
Contratar el servicio, con todo el equipo para tres días, cuesta alrededor de €16.500, incluidos el seguro y los costos del viaje en sí. Aunque Davis dice que su empresa utiliza defensas no-letales, admite que para que sea efectivo muchas veces se acerca a puntos sí-letales. Mientras que entre 110 y 130 decibeles se considera el umbral de dolor, este aparato puede lanzar ráfagas sónicas de 155 decibeles, produciendo los ya mencionados problemas auditivos y hasta visión borrosa temporaria. Así que ya sabes, en caso de que pienses navegar los siete mares con un parche en tu ojo, lleva tapones para los oídos.