Los investigadores de la Universidad de Pardue, en Indiana, están desarrollando un sistema que hará uso de red de teléfonos móviles para detectar pequeños rastros de radiación existentes en los sitios por los que se desplacen, para ayudar a prevenir ataques terroristas con bombas sucias y armas nucleares.
Estados Unidos dispone de cobertura de telefonía móvil sobre toda la extensión de su territorio, y sus habitantes poseen millones de terminales. Debido a los teléfonos móviles ya disponen de localizadores de posicionamiento global, la incorporación de un sensor de radiación en cada uno de ellos permitiría la elaboración de un “mapa” en tiempo real que mostraría los índices de radiación en cada lugar que haya un teléfono.
Lo interesante de esta idea es que en los lugares más poblados, los que seguramente serian los blancos preferidos de un ataque de este tipo, es donde más cantidad de móviles hay, por lo que la probabilidad de una detección temprana es mayor.
Los sensores que el equipo de Ephraim Fischbach y Jere Jenkins están ensayando tienen un rango de cobertura de unos 5 metros, y son capaces de detectar incluso valores muy pequeños de radiación. Si alguno de los teléfonos pasase por el mismo lugar por el que paso una de estas armas, el detector lo descubriría. Luego, el móvil transmitiría la información a la compañía prestadora del servicio, y ese dato pasaría a formar parte del mapa en cuestión.
"Es el carácter omnipresente de los teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos portátiles lo que hace valioso a este sistema," dijo Fischbach. "Se trata de un sensor pequeño, barato y que puede ser incorporado en ordenadores portátiles, asistentes digitales personales y teléfonos móviles.”
El sistema representa para muchos una versión móvil del “Big Brother”, mientras que otros lo ven como un gran paso adelante en la prevención de ataques terroristas. Su sola existencia podría resultar un factor altamente disuasivo.
