Tras quedar bajo el ala de Google, se dijo prácticamente de todo sobre Motorola, e incluso se especuló con su desaparición definitiva. Sin embargo, con la ayuda del nuevo smartphone Moto X se busca probar que Motorola aún tiene lo suficiente para regresar a un lugar de privilegio en el mercado, dominado por Samsung y Apple, y aportar algo diferente al mismo tiempo.
No será fácil, de eso no hay dudas. El dinámico mundo de los smartphones está completamente saturado, y las únicas alternativas aparentes para los fabricantes en estos días son perseguir diseños con mayor tamaño de pantalla y densidad de píxeles, o asumir un riesgo enorme en los laberintos del bajo costo. Desde el comienzo, el Moto X intenta doblar algunas reglas, y quebrar otras. Para comenzar, tanto su diseño como su ensamblaje se lleva a cabo en los Estados Unidos, un detalle que en teoría debería haber elevado drásticamente su costo final. Luego encontramos el factor de personalización: Si bien las especificaciones de hardware están bajo control de Motorola y Google, el consumidor puede establecer diferentes reglas de apariencia, creando más de 500 smartphones diferentes. Y sí, los diseños en madera son reales, aunque no estarán disponibles de inmediato.
Después está el hardware en sí. Más allá de su pantalla SAMOLED de 4,7 pulgadas (resolución 720p), lo cierto es que el Moto X califica como un smartphone de rango medio. El SoC del Moto X es conocido como “X8 Mobile Computing System”, pero sus especificaciones internas se expresan de modo diferente: Qualcomm Snapdragon S4 Pro de dos núcleos a 1.7 GHz, 2 GB de RAM, Adreno 320 en la parte gráfica, y dos procesadores adicionales para conocimiento contextual y lenguaje natural, estableciendo así la idea de controlar al smartphone “sin tocarlo”. Su cámara trasera es de diez megapíxeles, mientras que la frontal ofrece dos megapíxeles de resolución. En cuanto a su batería (2.200 mAh), Motorola insiste en que debería entregar 24 horas de autonomía. Si llega a lograrlo, va a llamar mucho la atención.
El Moto X utiliza una versión casi intacta de Android 4.2.2, aunque imaginamos que el salto a 4.3 no debería demorar mucho. Hasta aquí, el precio oficial para el Moto X con 16 GB de almacenamiento es de 199 dólares bajo contrato de dos años, mientras que la versión de 32 GB asciende a 249 dólares. Como pueden apreciar, el smartphone carece de ranura para tarjetas microSD, pero con la compra se incluyen 50 GB por dos años en Google Drive, tal vez a modo de reemplazo. Las primeras unidades deberían llegar a las manos de sus usuarios entre finales de agosto y principios de septiembre.