Como usuarios debemos hacer todo lo posible para evitar la pérdida de información. Respaldos frecuentes y una buena política de redundancia pueden hacer una enorme diferencia, transformando virtuales catástrofes en incidentes menores. Sin embargo, a veces la suerte nos juega en contra, y descubrimos que nuestros medios de almacenamiento fallan sin previo aviso. Aún peor, si la falla está en una tarjeta de memoria o un pendrive, la recuperación por parte del usuario se vuelve casi imposible. Ahí es cuando intervienen los profesionales y su «recuperación de monolitos»…
Uno de los peores momentos para cualquier usuario es escuchar el «clic-clic-clic» mortal proveniente del disco duro, que señala su paso a retiro. Las opciones de recuperación son complejas y costosas, pero han existido por varios años, y sus resultados generales son muy positivos. Ahora, los discos duros ya no son la «especie dominante» en materia de almacenamiento. El estado sólido ha llegado para quedarse, con mayor capacidad y durabilidad, al mismo tiempo que su precio cae.
Sin embargo, el estado sólido presenta nuevos desafíos en el rescate de datos, especialmente sobre medios más económicos (las tarjetas SD y los pendrives), que sólo ofrecen un puerto USB o pines de contacto como vía de acceso. Cualquiera que trate de averiguar más al respecto se encontrará con la frase «recuperación de monolitos». ¿A qué se refieren exactamente?
Recuperación de monolitos
La gente de Secure Data Recovery lo explica de forma sencilla: En un principio, las memorias NAND y sus controladoras estaban separadas. Recuperar la información era cuestión de extraer físicamente el chip, colocarlo en un dispositivo de programación digital, y leer.
Pero llegó la era del monolito, un diseño en el que la memoria, la controladora y el resto de los circuitos están contenidos en una sola unidad electrónica, sin conexiones externas más allá del USB o la interfaz SD tradicional. El monolito le permite a los fabricantes crear memorias más pequeñas, más livianas, y con un costo más competitivo, mejorando en paralelo su resistencia a la humedad y el polvo.
El problema es que el monolito oculta todos los puntos de contacto que los profesionales necesitan para iniciar la recuperación de datos. Algunas compañías realizan un análisis de rayos X para determinar la estructura de la memoria, seguido por el retiro de la capa de protección. La tarjeta debe ser conectada a un analizador lógico, y eso se lleva a cabo con micro-soldadura de precisión (el vídeo que aparece más arriba enseña el proceso).
La alternativa es usar un adaptador como el Spider Board PC-3000, del cual compartimos una imagen a través de nuestro perfil en Facebook. El Spider Board es una solución universal para la recuperación de monolitos, eliminando la necesidad de soldar cables o breakouts. Las curvas de las agujas están aisladas (permitiendo así el roce entre ellas), y pueden ser reemplazadas con facilidad. Como era de esperarse, esta solución es propietaria (sólo funciona con el Flash Reader PC-3000), pero no podemos negar su conveniencia.
Por supuesto, acceder a los pines y realizar una buena conexión es apenas la mitad de la ecuación. Una vez extraídos, los datos deben ser reconstruidos (hasta donde sea posible) y transferidos a un nuevo medio, sin fallar en ningún punto. Cualquier error podría destruir la información, por eso insistimos en una política de prevención. Lo ideal es no llegar a esto. Haz tus respaldos.