Si has seguido el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) durante los últimos 15 o 20 años, seguramente te debes sentir defraudado. A pesar de las promesas de éxito, repetidas decenas de veces, estamos lejos de disponer de una mente artificial medianamente funcional. Pero el escenario podría cambiar gracias MoNETA, un desarrollo conjunto de HP, DARPA y la Universidad de Boston que utiliza memristores para para almacenar y procesar la información.
En las ultimas décadas hemos sido bombardeados con decenas (o cientos) de anuncios referidos al desarrollo de las llamadas Inteligencias Artificiales, entidades no biológicos capaces de reproducir artificialmente la forma en que un cerebro procesa y almacena la información. Pero los anuncios no han sido otra cosa que eso: anuncios. Lo cierto es que no hemos sido capaces -a pesar de los incesantes y espectaculares avances de las diferentes ramas de la informática- construir nada que sea siquiera remotamente parecido a una verdadera Inteligencia Artificial. Pero el relativamente reciente descubrimiento del memristor, un componente electrónico que puede ser utilizado como unidad de memoria, podría cambiar este escenario.
Estos elementos, que a diferencia de una celda de memoria RAM tradicional no necesitan de una fuente de alimentación permanente para mantener a salvo los datos almacenados, poseen propiedades muy diferentes a las que estamos acostumbrados a ver en los otros componentes pasivos "clásicos". Se trata de un elemento con dos terminales, cuya resistencia varía de acuerdo al historial de voltajes que se le ha aplicado, característica esta que ha motivado su nombre: se trata de una resistencia (resistor) con memoria. Los científicos de Hewlett Packard (HP) han sido pioneros en la investigación con estos elementos, así que no debería sorprendernos que sus desarrollos en este campo se encuentren entre los más avanzados. Junto a los especialistas de la Universidad de Boston y con la financiación permanente de DARPA, la agencia del gobierno estadounidense que se encarga de “lubricar” cualquier proyecto o experimento que pueda tener remotamente algo que ver con la guerra o la defensa, han puesto en marcha MoNETA (del inglés Modular Neural Exploring Traveling Agent), un proyecto que pretende crear una IA utilizando chips basados en memristores. El objetivo final es, como en los casos anteriores, construir el análogo electrónico de un cerebro humano.
MoNETA, de cumplir con sus objetivos, debería ser capaz de funcionar más como un cerebro de mamífero que como un ordenador convencional. A diferencia de los ordenadores “de toda la vida”, MoNETA no se programaría. Como si fuese el cerebro de un niño, el dispositivo “aprenderá” por si mismo en base a ejemplos y repetición de situaciones. Pero su parecido con un cerebro biológico va más allá de la forma en que se lo programe. Es que los memristores, al igual que las neuronas, tienen una tasa de fallos importante, por lo que en cierto sentido, los resultados que arroje esta IA no pueden ser predeterminados de antemano. Uno de los primeros escollos que deberá salvar MoNETA será la típica prueba que se utiliza con las ratas de laboratorio: atravesar nadando una piscina en la que señales luminosas ofrecen pistas sobre la ubicación de las zonas flotantes seguras. También se buscará que sea capaz de desplazarse, buscar alimento, y hacer todo aquello que cualquier animal puede hacer, sin disponer de un programa para ello.
Por supuesto, MoNETA no tendrá -al menos en sus comienzos- un cuerpo físico que pueda usar para realizar estas pruebas, pero los científicos a cargo del proyecto pueden diseñar ensayos virtuales para comprobar su efectividad y buen funcionamiento. Si bien los memristores recién comienzan a utilizarse, los avances en los procesos de fabricación relacionados con estos componentes permiten suponer que en 7 u 8 años dispondremos de chips basados estos componentes perfectamente funcionales a un costo razonable. El equipo de la Universidad de Boston tiene bien claro que, dada la importante participación de DARPA en el proyecto, el primer uso que tendrá MoNETA estará relacionado con lo militar. Los generales ya imaginan vehículos autónomos capaces de aprender de su entorno y resolver los problemas que se presenten en el transcurso de sus misiones, o misiles inteligentes capaces de “esquivar” las contramedidas enemigas. A pesar de ello, se muestran optimistas respecto del papel que las máquinas capaces de imitar el funcionamiento del cerebro humano tendrán en el futuro próximo.