Mojopac: Tu ordenador en un pendrive

A la hora de enfrentar un asunto como es el de la portabilidad, muchas alternativas surgen frente a los usuarios. Desde dispositivos móviles de Internet hasta notebooks de prestaciones completas, pasando por las nuevas netbooks y sin olvidar a los denominados smartphones, son soluciones atractivas pero usualmente costosas. También existen atajos a nivel software, como distros de Linux en un pendrive, Live CDs o sistemas operativos disponibles en Internet. El caso de Mojopac apunta a los pendrives, creando un entorno virtual en ellos, completamente personalizable y aislado del sistema en donde se ejecuta, pero con el rendimiento suficiente como para ejecutar complejos juegos 3D. O al menos eso dicen.

El paquete de instalación de Mojopac ocupa un poco más de 21 MB, mientras que el tamaño final del programa depende exclusivamente del software que se le agregue posteriormente. Si bien el programa puede funcionar en pendrives relativamente pequeños, no se realiza ninguna clase de compresión ni nada parecido, por lo cual el espacio requerido por cada aplicación debe estar disponible en el pendrive o disco duro portátil en cuestión. Esto también lleva a tener en cuenta el tiempo que hay que invertir en la instalación de cada aplicación. ¿Quieres todo el paquete Office? Deberás instalarlo entero. ¿Quieres algún juego? Tendrás que instalarlo desde cero, siempre y cuando puedas evitar las protecciones anti-copia.

Su instalación fue sencilla y tardó relativamente poco, ni siquiera fue necesario reiniciar el ordenador para hacer funcionar a Mojopac. Al ejecutarlo, encontramos un entorno idéntico al del sistema operativo anfitrión (Windows XP en nuestro caso), con algunas diferencias gráficas y de configuración de interfaz (Mojopac presentó el Menú Inicio estándar de XP, mientras que nosotros utilizamos el Inicio Clásico). Una leve pasada por el administrador de dispositivos nos mostró que Mojopac parece "acoplarse" al hardware existente en el ordenador, tal y como lo hacen ciertos entornos virtualizados, como por ejemplo VMWare. Sin embargo, es necesario activar una opción de soporte adicional para ejecutar programas que instalen alguna clase de controlador en el ordenador (un ejemplo válido sería la unidad de disco virtual generada por Daemon Tools).

Sin embargo, algo que nos sorprendió es que a pesar de las declaraciones de sus desarrolladores, Mojopac mantiene una relación con el sistema anfitrión más estrecha de lo que nos gustaría en un principio. Por ejemplo, en nuestra instalación de Windows removimos algunas cosas como los juegos en Internet, el Paint y el Wordpad. Al ejecutar Mojopac vimos que los accesos directos para estos programas estaban allí, pero aparecían con el clásico icono blanco, indicando la ausencia de un ejecutable. Esto quiere decir que Mojopac depende de los ejecutables instalados en el ordenador, ya que carece de los suyos propios. Si bien esta es una forma de evitar cualquier clase de conflicto legal, esto significa que las prestaciones y el rendimiento de Mojopac dependen exclusivamente del estado en el que se encuentre el sistema anfitrión. Y en muchos casos, dicho estado suele ser calamitoso, de allí la necesidad de llevar un entorno portátil e independiente.

Para finalizar, en nuestra prueba decidimos instalar a Mojopac en el disco duro de nuestro ordenador, lo cual no trajo ninguna clase de problemas de ejecución. Por otro lado, un detalle no logró escaparse de nuestro análisis: El programa no tiene ningún desinstalador. Es lógico hasta cierto punto asumir que si Mojopac está diseñado para ser instalado en pendrives y discos externos, la presencia de un desinstalador no sería necesaria ya que el usuario podría simplemente formatear la unidad y dejarla limpia. Sin embargo, en caso de que desees probar a Mojopac sobre tu ordenador, recuerda que deberás removerlo manualmente, tanto su acceso directo como su carpeta de instalación.

En conclusión, no quedamos muy convencidos con Mojopac. Los Live CDs y las distros instalables en pendrives siguen siendo una solución mucho más limpia y que no dependen de qué tenga instalado el ordenador en materia de sistemas operativos. Es cierto que algunas funciones pueden no estar disponibles (como el hecho de jugar), pero cuando uno se concentra en algo como la portabilidad, usualmente no lo hace para andar jugando por ahí, sino para mantener su productividad lo más alta posible.