Si has estado recorriendo foros especializados y canales de YouTube dedicados al hardware en las últimas semanas, probablemente hayas notado que el tema de la VRAM (o memoria de vídeo) está siendo debatido con cierta intensidad. Falta de optimización en los juegos más recientes, competencia entre los fabricantes y precios fuera de control son los principales puntos de referencia, pero muchos usuarios allá afuera sólo quieren saber cómo aumentar la VRAM en su PC. Hay cosas que funcionan, cosas que no, y algunos casos extremos que merecen nuestra atención…
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¿Por qué queremos más VRAM en nuestros ordenadores?
Por la misma razón que queremos RAM convencional: Para mejorar el rendimiento, y evitar aspectos como la paginación. Los jugadores están detectando la falta de VRAM ahora más que nunca, cortesía de los últimos títulos «triple A». A medida que aumentamos la resolución, la calidad de texturas y otros efectos adicionales (ej., ray tracing), los requerimientos de VRAM suben. Una de las peores cosas que puede sucederle al usuario es «caer de la VRAM», y verse obligado a almacenar recursos fuera de ella, provocando efectos negativos como el stuttering, o el llamado «pop-in» de texturas en algunos juegos.
También debemos considerar la situación de los gráficos integrados, que toman una parte de la RAM convencional para sus funciones. Esta no es una configuración ideal por el simple hecho de que la memoria de sistema es más lenta, y la porción utilizada queda reservada. Sin embargo, estos módulos gráficos deben trabajar con alguna memoria, independientemente de su velocidad. Dicho eso, ¿cómo se puede aumentar la VRAM en un ordenador? La respuesta es más compleja de lo que parece.
Opción válida: Aumentar la VRAM reservada para iGPUs en el BIOS/UEFI
El usuario tiene la posibilidad de forzar/reconfigurar la cantidad de VRAM para sus gráficos integrados, aunque esto depende del fabricante de hardware, de la cantidad de memoria RAM disponible en el equipo, del tipo de BIOS/UEFI instalado, o una combinación de estos factores. En un mundo perfecto, esa opción debería quedar en Auto para que el sistema y las aplicaciones tomen exactamente lo que necesitan… pero no vivimos en un mundo perfecto. Algunos juegos detestan el modo automático, y expresan su rechazo con pérdidas de rendimiento o errores de «VRAM insuficiente».
La opción exacta en el BIOS/UEFI tiene nombres diferentes. Algunos fabricantes la llaman VGA Share Memory Size, y otros UMA Frame Buffer Size. El objetivo es el mismo: Seleccionar un nuevo valor de memoria asignada para el vídeo. Ahora, esto no es ninguna bala de plata. Forzar la cantidad de VRAM en el BIOS/UEFI es un parámetro de compatibilidad. De ninguna forma garantiza FPS extra, y como mencionamos más arriba, la memoria extra no estará disponible para el sistema porque quedará «reservada». Hay que experimentar mucho aquí.
La opción viral que no funciona: El hack de Registro
Una rápida búsqueda en Google sobre cómo aumentar la VRAM en cualquier PC presentará docenas de resultados con esta opción. Al parecer, el usuario debe abrir el Editor de Registro, ingresar a la ruta HKEY_LOCAL_MACHINE\SOFTWARE\Intel, crear una nueva clave en su interior llamada GMM, y dentro de esa misma clave, crear un valor DWORD de 32 bits llamado DedicatedSegmentSize. El último paso es asignar un valor decimal entre 0 y 512 (o 4096 según otras fuentes), y reiniciar el equipo.
En primer lugar, la cadena claramente especifica que este es un ajuste orientado a chips gráficos Intel. Y en segundo lugar, los reportes sugieren que DedicatedSegmentSize no hace nada porque se trata de una «falsificación», una forma de manipular el informe de VRAM disponible para solucionar problemas de compatibilidad. Compartimos este método por una cuestión educativa, pero no esperes milagros.
La ruta del dinero: Comprar una tarjeta de vídeo
*slow clap*… sí, arrojar billetes a la falta de VRAM es lo más obvio, pero no podemos negar su efectividad. Al instalar una nueva tarjeta gráfica (que debería ser superior a la opción integrada), no sólo incorporamos VRAM dedicada al equipo, sino que además desactivamos todo el sistema de reserva, liberando la RAM convencional por completo (salvo que el usuario decida forzar el iGPU de todos modos, pero esa es otra historia). Obviamente, este no es un camino que pueda seguir un ordenador portátil, y es probable que otras configuraciones también requieran una actualización de la fuente de alimentación.
El nuevo extremo: Modding
Uno de los ejemplos que citamos en nuestra exploración del Videocard Virtual Museum fue la tarjeta gráfica Matrox G200, que le permitía al usuario expandir su VRAM con un módulo externo. Como podrás imaginar, ni Nvidia, ni AMD, ni Intel permiten ese proceso, pero algunos modders allá afuera decidieron desafiar las reglas, con resultados muy positivos. En esencia, estos experimentos confirman lo que ya veníamos sospechando: Los fabricantes usan las configuraciones de VRAM en sus productos como barreras para segmentar precios y limitar el rendimiento.
Que atrás quedaron los tiempos en que la optimización lo era todo y se aprovechaba hasta el último byte disponible, en algunos casos casi de manera artesanal. Ahora todo es por fuerza bruta y memoria a granel, y que salga lo que salga.