Si había un momento especialmente cómico en la serie "Get Smart", era cuando el Superagente 86 y el Jefe intentaban utilizar ese condenado artefacto llamado "El Cono del Silencio". La cosa jamás funcionó bien: O no podían entenderse una palabra de lo que se decían y los que estaban fuera del cono los escuchaban a la perfección, o el mismo cono terminaba golpeándolos o forzándolos a pararse o sentarse. Sin embargo, dos ingenieros han patentado lo que sería la "versión de la vida real" del Cono, aunque lo último que hay que imaginar, es una cúpula de plástico sobre nuestras cabezas.
Joe Paradiso y Yasuhiro Ono del MIT han patentado su propio Cono del Silencio el 16 de abril pasado, pero lo cierto es que ni siquiera comparte el nombre con su contraparte televisiva. De hecho, este cono moderno es una pieza de tecnología muy avanzada, y necesita de un entorno específicamente preparado para que pueda funcionar. Las paredes del cuarto a proteger deben estar cubiertas con pequeños dispositivos que contienen un parlante, un micrófono, un sensor de movimiento infrarrojo, y que deben estar conectados a un servidor a través de una red.
A pesar de lo complejo que parece, el concepto del Cono del Silencio es bastante sencillo. Trabaja a partir del ruido blanco, obteniendo una muestra del sonido del ambiente, procesándolo y reproduciendo otro sonido de forma tal que cancele los sonidos existentes en el ambiente. En combinación con un software especial, el sistema puede determinar qué personas están lo suficientemente cerca como para ser consideradas parte de la conversación, y quienes son considerados intrusos. Una mezcla entre ruido blanco y sonidos aleatorios típicos del entorno hacen que la conversación sea imposible de seguir, a menos que se esté invitado a ella.
Lamentablemente, el sistema es tan elaborado y avanzado que los costos actuales lo hacen prohibitivo aún para la más exuberante de las oficinas. Tener que acondicionar todas las paredes con equipamiento electrónico y conectarlo a un servidor que esté a disposición del usuario con un par de clics no parece algo muy barato ni mucho menos. De todas formas, esto puede ser el punto de partida para sistemas más baratos y sencillos que sean accesibles para más personas y entornos. De momento, podrían venderle uno a "Control", antes de que el Cono plástico los decapite…