Los investigadores del MIT crearon una esfera para poner a prueba su concepto de superficies mutables. Aprovechando un polímero blando en el exterior y un centro hueco con una capa delgada de un polímero más rígido, la esfera crea hoyuelos que cortan la resistencia del aire y hacen más aerodinámica a la superficie. Útil para coches y naves.
Existe una historia acerca de cómo es que la pelota de golf moderna pudo llegar a ser lo que es hoy, cambiando para siempre al deporte de la exigente etiqueta. Según cuenta el sitio del MIT, a mediados de la década de 1800 las nuevas pelotas de golf eran lisas, sin los característicos hoyuelos con las que se las ve hoy día. Al usarse, estas pelotas completamente lisas iban abollándose, formándose sobre su superficie pequeños hoyuelos. Siguiendo con la historia, se cuenta que en una partida de golf de un torneo se utilizaron todas las pelotas lisas disponibles y que para continuar jugando tuvieron que hacerlo con pelotas abolladas, que tenían como repuestos o para uso de práctica para principiantes. Allí, en ese torneo, un jugador detectó que la pelota con hoyuelos era menos impredecible una vez que estaba en el aire y viajaba más rápido. Luego de comprobar científicamente que los hoyuelos en la pelota cortaban en dos la resistencia del aire, las pelotas con hoyuelos se convirtieron en el estándar.
En base a ellas es que el MIT ha creado una tecnología muy interesante, que está pensada para ser aplicada en las superficies de los vehículos. Por ahora la han presentado como “superficies mutables que pueden cortar la resistencia del aire”. Intuitivamente, parecería que una superficie lisa sería más aerodinámico que una con hoyuelos, pero no es así como funciona el aire, especialmente sobre superficies que no son inherentemente aerodinámicas. Explican los científicos a cargo del proyecto que el movimiento del aire sobre las superficies causa fricción, y esa fricción se vuelve negativa cuando el aire tiene que separarse de la superficie, ya que la separación deriva en turbulencia y, como bien saben los pasajeros de avión miedosos, las turbulencias son malas. Los hoyuelos ayudan a mantener el flujo de aire cerca de la superficie durante más tiempo, lo que retrasa la separación minimizando la turbulencia.
Lo que ha creado el MIT específicamente es una superficie esférica mutable, capaz de amoldarse automáticamente a las necesidades aerodinámicas, creando hoyuelos de la nada sobre una superficie lisa y redondeada. Para hacerlo utilizaron dos capas de material, una rígida que está en el interior y otra más flexible, que es la capa superior y exterior sobre un centro hueco. Para generar los hoyuelos, la capa superior es “succionada” por la interior, utilizando compresión al vacío. Las variedades en la presión son las que hacen la diferencia y las que luego podrán optimizar a la superficie para adaptarse mejor a diferentes usos u objetos. Más información sobre esta fantástica tecnología se puede encontrar en el sitio del MIT, pero estate tranquilo que en cuanto sepamos más detalles vamos a volver a retomar este tema.
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