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MIT desarrolla un sistema de desalinización basado en energía solar

El 71 por ciento de la superficie terrestre está cubierta de agua, pero se calcula que menos del tres por ciento es apta para el consumo humano. La desalinización es uno de los recursos más importantes que tiene la humanidad en el tratamiento del agua salada, sin embargo, los costos suelen ser demasiado altos como para permitir una adopción global. El nuevo sistema creado por el MIT no sólo es económico, sino que utiliza energía solar como fuente.

Las plantas desalinizadoras no son algo extraño. De hecho, España construyó la primera de ellas en todo el continente europeo a mediados de los ‘60, y es el quinto país del mundo con mayor capacidad de desalinización, procesando casi un millón y medio de litros cúbicos diarios. Si bien los países desarrollados pueden enfrentar el desafío de la desalinización, tanto el costo general como la falta de infraestructura complican notablemente el proceso en el resto del mundo. La falta de acceso a agua segura lleva a enfermedades graves, agricultura limitada, problemas de producción y muchos otros inconvenientes. En un intento por corregir esto, la USAID, famosa y controvertida agencia estadounidense para el desarrollo internacional, organizó el llamado Desal Prize, que reparte cientos de miles de dólares entre las soluciones de desalinización más sostenibles y eficientes.

Combinar la desalinización con la energía solar permitirá llevar esta tecnología a regiones remotas

El primer premio fue para el sistema creado por el MIT y Jain Irrigation Systems. Esta plataforma recurre a una serie de paneles solares que recargan baterías destinadas a separar la sal del agua vía electrodiálisis. Además de retirar la sal, esta plataforma también posee la capacidad de aplicar luz ultravioleta sobre el agua desalinizada, un detalle que ayuda en la eliminación de bacterias y su purificación general. El resultado es agua apta tanto para el consumo humano como para la agricultura, y de acuerdo a la información disponible, su prueba de concepto trabajó por 24 horas sin interrupción, procesando poco más de 7.900 litros.

El próximo paso es quitar al sistema de este entorno controlado, y llevarlo a un área mucho más expuesta a los rigores diarios de la agricultura y la ganadería. En teoría, su rendimiento sería suficiente para autoabastecer a una granja pequeña, pero imagino que sus responsables tienen como prioridad mejorar el diseño e incrementar su capacidad neta. La sequía en California ha golpeado con fuerza, y sirve como un duro recordatorio para seguir optimizando la tecnología de desalinización.

Escrito por Lisandro Pardo

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