Luego de algunos retrasos, la NASA acaba de lanzar la misión GRAIL, que está compuesta por dos sondas gemelas destinadas a sobrevolar la superficie lunar investigando los niveles gravitaciones irregulares que nuestra luna presenta y así conocer sobre la composición de esta, sobre todo en su más recóndito interior. La diferencia con misiones anteriores a la Luna es el avance de la tecnología en juego y el eventual nivel de detalle, pero además tiene un componente inspirador para reflotar el volver a saber más sobre nuestro satélite natural preferido.
Si bien tenemos al Voyager haciendo de las suyas en los límites de nuestro sistema solar y enfrentándose al borde de la heliósfera para intentar recabar cualquier tipo de información que nos pueda desvelar los misterios del Universo, la cercanía también es materia de investigación preponderante, y basta mirar al cielo para encontrar el objeto más impresionante a mano. La luna será visitada dentro de 3 meses por las sondas de la misión GRAIL que esta mañana despegaron de Cabo Cañaveral con un éxito rotundo en su primera etapa de lanzamiento y desprendimiento de los cohetes impulsores, para estar ya rumbo a la misión que buscará entender un poco más qué es lo que le da forma y materia a la Luna, haciendo especial foco en la composición interior, pues las otras 100 misiones que se han llevado a cabo (incluso con las rocas traídas por el Apolo) no han podido establecer con seguridad qué es lo que se esconde debajo del suelo de la Luna.
Las sondas del GRAIL tendrán un sistema de direccionamiento a la Luna que ahorrará combustible gracias a una ruta mejor elaborada y a una velocidad menor. Al llegar, las sondas comenzarán su trabajo orbitando casi en paralelo a una altura aproximada de 56 km sobre la superficie lunar. La idea para medir las diferencias gravitacionales es la distancia que separará a las sondas en su recorrido por zonas donde la atracción varíe, por ejemplo en los relieves geográficos más sobresaliente. La diferencia entre estas mediciones darán resultados que la NASA utilizará para realizar algo así como una tomografía computada de la Luna. Es decir, una imagen de su interior. Para seguir a las sondas GRAIL en vivo tendrás un sitio web llamado Moonkam, y las primeras imágenes se esperan para Marzo de 2012.
El impacto que tiene este tipo de misiones es doble, por lo menos desde la impronta que la NASA quiere darle tanto al tratamiento de los datos recolectados como a la idea de volver a profundizar nuestros conocimientos sobre la Luna. Relativo a ellos, todavía está muy fresca la sorpresa de descubrir que nuestro satélite natural es 200 millones de años más joven de lo que hasta hace un mes se creía, acumulando ¿sólo? unos 4.360 millones de años de existencia como tal, luego de -según la teoría más fuerte- cientos de millones de años de fusión de los restos liberados del impacto de un cuerpo rocoso de dimensiones marcianas contra la Tierra. NASA pretende estimular las intenciones de investigar más a fondo la luna para descubrir “lo que sea” que sirva para saber más sobre ella. Estas intenciones se desprenden de María Zuber, una de las responsables de la misión Grail que enfatizó el carácter misterioso que tiene para la ciencia el interior, el núcleo de la Luna. Hacia allí vamos, parece.