Una vez más, las idas y vueltas de Redmond no hacen otra cosa que cultivar rumores relacionados con su próximo sistema operativo. Si bien ya se ha confirmado que las copias «legítimas» de Windows 7 y Windows 8.1 podrán recibir la nueva versión sin cargo por un año, no dejan de surgir detalles sobre cómo acceder a Windows 10 gratis a través de otras vías. El viernes, la compañía publicó que los usuarios del preview de Windows 10 iban a ser beneficiados, pero… digamos que se le fueron las ganas.
Pocas cosas son tan problemáticas en el mundo de la informática como un dato equivocado «confirmado» por voceros de una compañía. En lo personal no creo que estén dispuestos a mentir, y que los errores surgen de un simple desconocimiento… pero también debemos considerar los llamados «cambios de política». Aunque parezca mentira, estos cambios pueden darse en cuestión de horas, y dependiendo de la situación, el usuario queda protegido, o completamente a la intemperie (suele pasar lo segundo con mucha frecuencia). Tomemos como ejemplo al último cortocircuito de relaciones públicas en Microsoft. El pasado viernes, el blog oficial de Windows publicó a través de Gabe Aul un dato muy interesante, el cual permitiría a los usuarios del preview de Windows 10 acceder a una copia legal el 29 de julio. Básicamente, los participantes del programa Windows Insider debían asociar sus previews a una cuenta Microsoft para seguir recibiendo actualizaciones, y cuando esté listo el RTM, el preview sería elevado a dicha versión con una activación legítima.
Por lo que hemos podido calcular, esa postura duró menos de 24 horas. En primer lugar, es necesario destacar que la vinculación con una cuenta Microsoft es obligatoria «sólo» para los participantes de Windows Insider, y que la versión final de Windows 10 podrá ser utilizada con cuentas locales. En segundo lugar, el texto aún indica que las versiones preview del sistema operativo serán actualizadas al build definitivo. Y en tercer lugar, se estableció que esas copias no estarán activadas, sólo por el hecho de que la palabra «activación» fue eliminada en una clásica edición ninja. Microsoft aprovechó el tropiezo para recordar a los usuarios que Windows 7 y Windows 8.1 activados de manera legítima son los únicos dos sistemas operativos autorizados a recibir Windows 10 sin costo. Desde cierto punto de vista, uno puede entender la corrección de Redmond. Lo que acaban de hacer es tapar una fuga de copias gratuitas, no tanto por el lado del usuario final, sino dentro del mundo empresarial. Que una compañía acceda a 50 copias de Windows 10 instalando el preview un mes antes de su lanzamiento no es bueno para las finanzas de Microsoft.
Imagino que más de un usuario intentará hacer la prueba de todos modos, y verificar si el preview en su última versión es actualizado al RTM de forma legal. Sin embargo, esto no hace más que acentuar «el» gran problema de Windows 10, y es su precio. No es ninguna ciencia: Todos los rodeos que se dan para acceder a Windows 10 gratis transmiten de fondo la verdad inequívoca de que el usuario promedio no quiere pagar lo que Microsoft demanda por su sistema operativo. Pedir 120 y 200 dólares respectivamente por sus versiones equivale a estar divorciado de la realidad, y eso es algo que en Redmond nadie logra comprender del todo.
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