¡¿Perdón?! ¿Acaso eso está bien? Parece que sí, porque el gigante de Redmond, defensor eterno del software propietario, férreo promotor de programas con licencias pagas, aquel que cobraría hasta por la forma en que parpadea el cursor en el DOS si fuera posible, ha decidido hacer una contribución al kernel Linux. Definitivamente no es algo que estemos acostumbrados a ver en estos tiempos (y en otros tampoco), pero si bien la contribución no representa algo revolucionario para el usuario común, lo cierto es que la gente de Microsoft ha reconocido, al menos en este punto, la presencia de Linux como sistema operativo, admitiendo la necesidad de otorgar un nivel de soporte adecuado.
La contribución, específicamente hablando, tiene la forma de unas veinte mil líneas de código. Esta cantidad de código contiene tres controladores de dispositivos para Linux, los cuales ya fueron entregados a la comunidad para su próxima integración. ¿Cuál es el objetivo de Microsoft en esto? Aumentar el rendimiento de los sistemas Linux bajo los entornos virtualizados Hyper-V disponibles en las versiones 2008 y R2 de Windows Server. Hyper-V es la solución de virtualización de Microsoft, y una respuesta directa al control que posee VMWare sobre este mercado. Lamentablemente para los usuarios comunes, las copias de Windows Server no son tan numerosas, y su utilidad en aplicaciones multimedia es limitada, por lo que las contribuciones para Hyper-V pueden pasar en su mayoría desapercibidas.
El anuncio es especialmente importante porque esta es la primera vez que el gigante de Redmond cede código a la comunidad Linux. Al mismo tiempo, el código ha sido cedido bajo la licencia GPLv2, lo que hace que la entrega de código sea vista con aún mejores ojos. La razón que plantea Microsoft detrás de esta decisión es la inclinación de una cantidad cada vez mayor de empresas hacia los entornos virtualizados, en un intento por recortar costos de hardware y mantenimiento. Actualmente, las plataformas Linux podían ser virtualizadas a través de Hyper-V, pero no con el mismo rendimiento que podía verse al virtualizar plataformas Windows. De esta forma, Microsoft permite activar lo que llama "modo iluminado" para plataformas Linux, en donde su rendimiento debería quedar en parámetros similares al de Windows virtualizado con Hyper-V.
En un caso como este normalmente se aceptaría la entrega del código de buena gana, pero al provenir de Microsoft las cosas son un poco más confusas, y estamos convencidos de que la comunidad Linux tendrá algo que decir. El punto es que no estamos acostumbrados a ver al gigante de Redmond regalando nada, pero desde otro punto de vista, lo único que parecen haber hecho fue mejorar el soporte de Hyper-V bajo con plataformas Linux. El usuario final la tiene mucho más fácil. VirtualBox está funcionando muy bien con muchas distros de Linux, convirtiéndose en una plataforma de pruebas ideal para quien desee conocer una distro sin tener que borrar el disco duro o recurrir a Live CDs, demostrando una vez más el enorme potencial de la virtualización, tanto en entornos empresariales como hogareños.