Los procesadores Ryzen de AMD ya se encuentran disponibles, y con el embargo retirado, los benchmarks invadieron la Web. En la mayoría de los casos, el nuevo hardware de Sunnyvale cumplió con las expectativas, pero a la hora de lidiar con ciertos juegos, sus números sufrieron un impacto más profundo de lo esperado. Los usuarios descubrieron que al deshabilitar la función SMT el rendimiento mejoraba un poco, lo que trasladó las sospechas al «scheduler» de Windows 10. Redmond confirmó la existencia de un bug, y se calcula que habrá un parche dedicado, pero la duda es hasta qué punto llegará la optimización.
Al final del día, sucedió lo que se esperaba. Desde el comienzo tomamos el hype de los benchmarks filtrados con una pizca de sal, esperando a ver el rendimiento de Ryzen sobre varios videojuegos. Y los números han hablado: Ryzen es una opción extremadamente conveniente para colocar ocho núcleos en nuestros escritorios, pero a la hora de los FPS puros y duros, el modelo más grande de Ryzen tiene un durísimo rival en el Intel Core i7-7700K, un chip Kaby Lake quad-core que vale 349 dólares (sin disipador). ¿Qué fue lo que sucedió? En primer lugar, algo que ya había sido anticipado por AMD: Los procesadores Intel son más fuertes en IPC y operaciones single-thread. Después descubrimos que son muy pocos los juegos verdaderamente optimizados para usar más de cuatro núcleos, y en tercer orden… ¿Windows 10?
Si obedecemos a la información disponible, sí. La historia comenzó cuando algunos usuarios decidieron deshabilitar el soporte SMT (el equivalente al Hyper-Threading en AMD) en sus chips Ryzen, dejando la configuración en 8C/8T. Al repetir los benchmarks, estos usuarios vieron que los números mejoraron, y una serie de intercambios con Microsoft a través de Twitter llevaron al gigante de Redmond a confirmar que «un nuevo procesador de alto rendimiento significa nuevos bugs para neutralizar». En su proceso de detección, el scheduler de Windows 10 interpreta al 8C/16T de Ryzen como si fueran 16 núcleos físicos. Cualquier aspecto de prioridad de tareas entre núcleos reales y virtuales se pierde por el camino, y causa una degradación.
A eso se suman errores de detección en la cantidad de memoria caché L2 y L3 disponible, y conflictos entre los multiplicadores para los modos de bajo consumo y el RTC del sistema operativo. En otras palabras, Microsoft tiene que eliminar varios bordes filosos con Ryzen. Los problemas con el scheduler se remontan al nacimiento del Hyper-Threading, y también hubo inconvenientes tras el lanzamiento de Bulldozer. Ahora, debemos ser realistas. El rendimiento de Ryzen probablemente mejore con un hotfix, pero tal vez no sea suficiente para superar al 7700K, y el resto del trabajo quedará a cargo de los desarrolladores. Aún así, hay mucho entusiasmo por la gama media y baja de Ryzen. Esto ya lo he dicho antes: Si AMD puede ofrecer el 75-80 por ciento del rendimiento a la mitad del costo, habrá mucha demanda.